Vista exterior del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Archivo-EFE-Juan Carlos Cárdenas
El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) de València revisa el legado de La Nave, el grupo de diseñadores gráficos, interioristas y arquitectos que revolucionaron el diseño valenciano entre los años 1984 y 1991, con un repaso por su trayectoria a través de sus iconos y proyectos más significativos.
La exposición "La Nave 1984-1991", que puede visitarse desde este jueves y hasta el 10 de septiembre, aborda el trabajo realizado por el grupo del que formaron parte Eduardo Albors, Paco Bascuñán, José Juan Belda, Carlos Bento, Lorenzo (Quique) Company, Sandra Figuerola, Marisa Gallén, Luis González, Luis Lavernia y los propios comisarios de la muestra, Nacho Lavernia y Daniel Nebot.
La Nave surgió en València en 1984 de la unión de dos equipos, Caps i Mans y Enebecé, tras un viaje a Milán, y estaba compuesta por once diseñadores y diseñadoras que decidieron compartir una nave industrial de más de 400 metros cuadrados (de ahí el nombre del grupo) ubicada en el número 200 de la calle San Vicente Mártir, ha recordado este miércoles la directora del IVAM, Nuria Enguita.
Comisariada por Nacho Lavernia y Daniel Nebot, galardonados con el Premio Nacional de Diseño en 2012 y 1995, respectivamente, la muestra revisa el trabajo realizado por el grupo que se convirtió en todo un referente del diseño de la época, según el IVAM.
"Eran creativos procedentes de distintas disciplinas, cuyo trabajo fue clave en el proceso de modernización de la ciudad de València y en la eclosión del llamado 'Nou Disseny Valencià'", destaca Enguita, quien cita como "claves de su éxito" el contexto histórico en el que surgió La Nave y el importante papel de la Administración pública.
El grupo surgió en un momento en el que "una nueva estructura política, el Estado de las autonomías, estaba consolidándose, y se estaba construyendo un país", rememora Enguita. También de "aperturismo estético inédito hasta entonces, de grandes cambios políticos y efervescencia cultural".
Nacho Lavernia ha explicado que la exposición comenzó a gestarse en el año 2020, con la idea de recupera el legado de La Nave, que se hallaba disperso o incluso había desaparecido.
Cuarenta años después, celebra Lavernia, esta muestra ha sido además una oportunidad para catalogar toda la obra de que se hizo.
Durante siete años, el grupo de La Nave diseñó los objetos, las marcas, los muebles, las publicaciones y los espacios que demandaba una sociedad ávida de modernidad.
La Nave recogió así "el espíritu de innovación que se vivió en el Estado español en la década de los 80 en todos los ámbitos, que renovó la imagen de instituciones públicas y privadas", ha recordado Daniel Nebot.
El diseñador destaca además que en aquella época se trabajaba "con más libertad que ahora", cuando el 'marketing' ha ganado un peso excesivo.
Sobre las paredes de las salas se disponen un total de 32 gigantografías que funcionan como memoria de lo que se conoce o recuerda de los proyectos de La Nave.
Entre otras, las identidades corporativas de la Generalitat Valenciana, EMT València, Instituto Nacional de Estadística (INE), Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), IMPIVA, FGV Ferrocarrils de la Generalitat, Gandía Blasco, ACTV, Aumar, Industrias Saludes, Tráfico de Modas, Gres de Valls, Mugarsi, Alessi, Tombow, Goldwin o Maruchu.
También se presentan algunos de los proyectos más singulares que realizaron, como el diseño del pabellón para los Premios Valencia Innovación, la señalización turística de la autopista AP-7 -por la que obtuvieron un premio LAUS- o la fuente diseñada para la Expo de Sevilla.
La Nave fue un espejo en el que se miraron muchos de los diseñadores de la época, aunque, respecto a sus señas de identidad, Nebot reconoce que "el colectivo La Nave no tenía un estilo propio, sino un reto: ser notarios de nuestro tiempo, queríamos que nuestro país tuviera otra imagen, había ilusión".
Para Lavernia, La Nave se convirtió "en la foto fija del diseño valenciano, un referente del surgimiento del diseño como actividad profesional más allá del diseño industrial".
Disuelta en 1991, el espíritu de La Nave sigue vivo a través de estos trabajos, que avalaron su percepción posterior como un referente de calidad y de rigor profesional.
"Es importante reconocer el valioso trabajo que hicieron en la creación de la estética de toda una generación. Gran parte de lo que hicieron entonces marcó el diseño posterior", ha concluido la directora del IVAM.
