En una extensa carta que titula 'No podemos callar',
el obispo de Segorbe Castellón, Casimiro López Llorente lamenta la aprobación
en el Congreso de Diputados de la Ley de Eutanasia y suicidio asistido:
"Hoy
es un día de luto para España. Lamentablemente, el Parlamento español ha
aprobado el proyecto de Ley de eutanasia y suicidio asistido, que no tardará en
convertirse pronto en ley tras su rápido paso por el Senado. Llámese y véndase
como se quiera, esta ley va a provocar muerte. Parece como si nuestros
políticos no tuvieran suficiente con los miles y miles de personas muertas a
causa de la pandemia del Covid-19. Quieren más. Los legisladores se han
endiosado y se creen señores de la vida y de la muerte ajena.
Esta ley se
está tramitando por la vía de urgencia; se nos roba así un debate serio, sobre
lo que está en juego en esta ley: es decir, sobre el valor de toda vida humana,
en especial de los más vulnerables y necesitados de nuestro cuidado. La solución
no es matar por falsa compasión a un ser humano –que de eso se trata en la
eutanasia activa y en el suicidio asistido-. Se cambia así uno de los pilares
fundamentales de la convivencia y de una sociedad humana: la acogida, el
respeto y el cuidado de todo ser humano y de toda vida humana. No existe un
derecho a matar o a pedir que te maten; es una invención. Sí que hay, por el
contrario, un derecho a ser cuidado en la enfermedad y una obligación de la
sociedad, la familia y la Iglesia a cuidar y acompañar a los enfermos, y en
especial a los enfermos incurables o a las personas con alguna discapacidad.
¿Por qué no una ley de cuidados paliativos? Toda vida humana es un don sagrado,
que hemos de acoger, proteger, y cuidar.
Para el
trámite de esta ley se ha aprovechado además el momento de la pandemia, en el
que los ciudadanos y la sociedad estamos preocupados por otras cosas: por la
lucha contra el virus, por las penurias económicas, por el empleo y el futuro
económico y social, o por la celebración de la Navidad este año. Y se ha
aprovechado el estado de alarma, en el que está muy restringido el derecho de
manifestación, para no dejar hablar a la sociedad.
Ante esta
tropelía, los católicos, los cristianos en general, los creyentes de otras
religiones y las personas de buena voluntad no podemos callar. Cada uno verá
cómo mostrar su desacuerdo.
Por mi
parte he ordenado que las banderas de la casas episcopales en Segorbe y en
Castellón de la Plana ondeen a media asta y con crespón negro; e invito a
quienes estén a favor del cuidado de toda vida humana a poner un crespón negro
en las ventanas o balcones de sus casas, y en este tiempo de Navidad en el
tapiz del Niño Jesús. Pido a todos sacerdotes que en las iglesias,
especialmente en las parroquiales, mañana día 18, y todos los días 17 de cada
mes se toquen las campanas (toque de difuntos o de clamor) a las 13:00 horas
durante tres minutos.
Finalmente
pido seguir rezando todos los días, y de forma especial los días 17 de cada
mes, para que el Señor inspire a nuestros gobernantes leyes que respeten y
promuevan el cuidado de la vida humana. SÍ al cuidado de toda vida humana. NO a
la eutanasia y el suicidio asistido. SI a los cuidados paliativos. Muchas
gracias a todos por vuestra implicación en estos gestos en favor de la vida.
Con mi
afecto y con mi deseo de una feliz y santa Navidad"