Paco Novella. Tras un voluntario descanso vuelvo a estas páginas donde el director de este periódico, Pere Valenciano, siempre ha confiado en mi durante casi cinco años para ocupar un espacio donde hablar de una cosa u otra. Ha sido mucho el tiempo y no pocos los artÃculos que han ido marcando pasos y realidades comunes; artÃculos que granjeaban cariño pero para otros derrota sin yo pretender ofender a nadie.
Vuelvo sabiendo como sé que no faltará quien al verme se conmueva pero sobre todo vuelvo por aquellas personas que siempre han loado mis palabras como certeras y adecuadas. Entre ellas, ConchÃn Gumbau- saguntinÃsima a quien no puedo omitir en mi regreso por su incondicional cariño y sus comentarios enriquecedores- que siempre ha sido una de las personas que más afecto me ha guardado y más ha aplaudido las humildes palabras de quien esto escribe. Personas como ella, siempre han motivado artÃculos de actualidad o de reflexión, desde un punto de vista u otro, de unos sucesos u otros. Personas de bondad inigualable como ella son suficiente razón para volver a este espacio, sobre papel de indefinido blanco.
Vuelvo sabiendo como sé que la hora precisa de cada asunto ya levanta animadversiones y contrarios. Son tiempos difÃciles en muchos aspectos donde la confrontación oportunista juega un papel radical en el devenir polÃtico y social; donde lo nimio se convierte en hoja de ruta como sucedió en fechas recientes con el sempiterno tema de la aconfesionalidad del Estado que sólo surge cuando quienes están en el gobierno son gobiernos del Partido Popular. Cuando sucede lo contrario no se acuerdan ni de lejos y sólo es un latiguillo casual, inadvertido , sin causa ni justificación. A este respecto, en un tema en el que seré muy sucinto y sólo nombraré a un ilustre hijo de Sagunto, Manolo Girona Rubio, a quien profeso un gran afecto que él sabe desde antiguo, además de la vecindad, pero que en un artÃculo verdaderamente complejo en conceptos, ideas, definiciones no acertó a darle su punto exacto, su idea central pues tengo a Manolo por persona muy inteligente y sabia pero esta vez equivocada según mi criterio.
Vuelvo sabiendo como sé que el saguntinismo activo -en su amplitud comarcal como sustantivo -sigue siendo necesario cuando algunas opiniones quieren ser impuestas como fuentes principales de derecho o razón insoslayable, fácilmente susceptibles cuando no se les da la razón e indignados cuando se levanta una voz que arguye lo contrario. En esas ya tengo sobrada experiencia pues quien esté leyendo estas palabras sobradamente saben que mi amor por esta ciudad es inmenso y por toda nuestra comarca de multisecular historia. Por eso, cuando se alzan voces que testimonian lo lejano de la verdad y la lejanÃa de la misma más crece en mà ese saguntinismo que siempre trata de aunar esfuerzos comunes y sentimientos que se justifican necesariamente por su unidad. Nada hay mayor que los afectos compartidos, los nobles sentimientos que se mantienen en la realidad y no en una utopÃa onÃrica que nunca ha existido y que sólo se basa en opiniones de todo punto rebatibles ante las cuales nunca ha estado mi ánimo instalado en la ofensa ni en la adnimarversión personal.
Vuelvo sabiendo como sé que los regresos son siempre ese punto de partida que nunca se olvida pues forma parte de nuestra existencia mientras los años pasan y pasarán, con nosotros o sin ellos.