Hace un año
exacto que el restaurante Abadía de la Pau abrió sus puertas en la céntrica calle En
sala, al lado de la calle de la
Paz, el carrer de la Pau. Fue una apuesta bonita, arriesgada e
interesante.
Mercedes quiso
llevar al centro de Valencia los placeres culinarios aprendidos a lo largo de
sus muchos años de experiencia en los fogones y pucheros, combinando la sabiduría rural de su Casinos natal, con las más
modernas técnicas de la cocina tradicional y de mercado.
Hoy un año después
la Abadía es un punto de encuentro de mucha gente que, en un cruce de caminos,
se encuentra cómoda y a gusto entre manteles de tela, sencillos vasos y copas
de cristal, comida casera desde los platos de cuchara de toda la vida, arroces
meloso y caldosos, paellas, o fideos en paella con foie, hasta los más
sofisticados hojaldres con chocolate recién hecho, o fruta recién cogida del árbol
como puedan ser las Naranjas, o alcachofas que vienen de la huerta a la mesa.
Mercedes ha sido
esa mujer emprendedora, valiente, que le ha plantado cara a la tan temida y mal
llamada "crisis" a la que no se le ve la solución, pero la Abadía de la Pau, ha
sido y es un ejemplo de perseverancia, un ejemplo de buen hacer y sobre todo
una persona capaz de hacer fácil lo imposible.
Gracias a esa
tenacidad, gracias al "boca a boca" se ha podido llegar hasta metas
insospechadas, con aciertos y desatinos… gracias a los comentarios de los
amigos que conocen el restaurante,
en el portal de Internet de Tripadvisor, ha conseguido la Abadía de la
Pau, estar en el puesto 33 de 1.157 restaurantes de Valencia.
El puesto 33 es un
gran y merecido puesto, ser de los primeros 33 restaurantes de Valencia es
éxito muy grande para un lugar tan pequeño, de pocas mesas pero con tanto encanto
gastronómico. No es el momento de hacer publicidad, no es el momento de
invertir en pequeñas cosas, es el momento de creer en grandes proyectos que
hacen realidad la inversión, la creación de puestos de trabajo y las apuestas
por un futuro mejor.
Un año de valentía,
de trabajo, de buen hacer, de buen comer y mejor beber, porque la Abadía no es
un restaurante sin más, es la casa
de todos los buenos amigos que durante este primer año han fidelizado la
categoría de esta comidas que las avalan cada día con su presencia.
Felicidades a
Mercedes, a Julio y a su hija Ana, y como no a toda la plantilla y al impecable
Gabrielle, por todos los aciertos que desde hoy hace un año nos han regalado,
y por todas las buenas sensaciones que nos han trasmitido… del paladar al
corazón.