Camuflando tu veneno,
cabalgaste por sus venas,
la manchaste con tu cieno
y se convirtió en arena.
Yo le advertà de tu peligro,
le dije: no hagas caso de la fiera,
te dirá: vente conmigo
no soy hierba traicionera.
Sanidad lo está advirtiendo,
los estudios lo demuestran,
en silencio te ira venciendo
sin que tú ni te des cuenta.
Ahora ya no hay remedio,
traidor llegó, hasta su meta,
no hizo caso a mi consejo
me quedé sin mi princesa.
El tabaco fue el culpable,
mató a mi joya querida,
¡¡¡él sigue de boca en boca!!!
sin importarle mi herida.
Están llorando las rosas
junto a tristes amapolas,
porque se perdió una vida
dejando la mÃa sola.
CON CARIÑO A LOS QUE QUIEREN DEJAR DE FUMAR.
ANTONIA NAVARRETE LEBRATO JUNIO 2010