Un proyecto con promesas muy ambiciosas
Durante
un acto en la Torre Trump de Nueva York el pasado mes de junio,
Donald Jr. y Eric Trump revelaron los primeros detalles de este
dispositivo. El móvil, denominado T1, se anunció con un precio de
venta de 499 dólares y unas caracterÃsticas técnicas similares a
las del último iPhone, lo que lo pondrÃa en lo más alto en el
rendimiento de juegos de ruleta
online. Según Reuters, el terminal incorporarÃa un
sensor principal de 50 megapÃxeles y 256 GB de almacenamiento, todo
ello en un chasis dorado con Android. Además, la compañÃa aseguró
que tanto el diseño como la fabricación de todos los componentes se
harÃa en Estados Unidos.
Los Trum han vinculado este lanzamiento a su estrategia tecnológica
propia, que incluye la red social Truth Social y su incursión en el
mundo cripto. Según Eric Trump, el objetivo es "corregir" las
limitaciones de las grandes tecnológicas y ofrecer una alternativa
estadounidense al mercado global.
En su discurso insistieron en la urgencia de fortalecer la industria
americana y en la creación de empleos locales, retórica habitual de
los Trump. También insistieron que el T1 tendrá una pantalla AMOLED
de alta resolución, que favorecerÃa la lectura prolongada para los
que quieren aprender estrategia
ruleta o la visualización de cualquier tipo de
recurso audiovisual. No obstante, los detalles técnicos se han
presentado con ilustraciones más que con prototipos reales, lo que
aumenta las dudas sobre el proyecto.
Dudas sobre su
fabricación y viabilidad
Desde las primeras declaraciones de Donald Jr. y Eric Trump, los
expertos del sector han expresado sus dudas sobre el T1. El precio
prometido y la ausencia de una cadena de suministro nacional hacen
que fabricar un smartphone complejo en EEUU sea… prácticamente
imposible. La producción de pantallas AMOLED y sensores fotográficos
de alta gama está dominada por empresas asiáticas, y desarrollarla
localmente tomarÃa años y no los escasos meses anunciados. Además,
el ensamblaje requiere de fábricas especializadas y mano de obra
cualificada… que es imposible de encontrar en Estados Unidos.
Algunas fuentes apuntan que la única alternativa viable serÃa
importar móviles de gama media y aplicarles un acabado dorado en
EEUU, muy lejos de la fabricación Ãntegra prometida. A la vez,
obtener chips y componentes dependerÃa de acuerdos con proveedores
como Qualcomm o Samsung, cuyos contratos limitan la disponibilidad
inmediata. Finalmente, los plazos de desarrollo, pruebas de calidad y
certificaciones regulatorias hacen que lanzar un producto completo en
solo tres meses sea una auténtica quimera.
Aun asÃ, Trump Mobile abrió reservas con un depósito de 100
dólares… y la web terminó colapsando. Esta experiencia hace
pensar que es un proyecto más orientado a generar ingresos rápidos
y cobertura mediática que a ofrecer un dispositivo verdaderamente
sólido. Además de las barreras técnicas, analistas señalan que
este lanzamiento obedece más a un marketing polÃtico atrevido que a
la innovación.