Infografía sobre el partido difundida por el Valencia CF. EFE
La primera parte estuvo nivelada entre dos equipos que presentaron dos planteamientos diferentes, ya que los locales jugaron con defensa de tres centrales y el equipo de Marcelino García Toral con su clásico 4-4-2.
El Valencia se mostró como un equipo más consistente, que hilvanaba mejor su fútbol, frente a un Brighton correoso, pero con poca profundidad.
Las llegadas de los valencianistas no fueron claras hasta que un buen centro de Cheryshev que buscaba a Rodrigo, fue enviado a gol en propia meta por Dunk.
Poco después, en una jugada confusa, el árbitro pitó penalti y Murray estableció la igualada con la que el encuentro llegó a su ecuador.
La tónica del encuentro no varió en la segunda mitad en la que, de entrada, el Valencia introdujo varios cambios, mientras que el rival mantuvo la formación inicial.
Las llegadas del equipo inglés no eran frecuentes, mientras que el Valencia mandaba un poco más en el terreno de juego, aunque sin mostrar la contundencia suficiente en ataque como para desequilibrar el marcador.
El choque cambió en los minutos finales, cuando el Brighton impuso su ley al disponer de varias acciones a balón parado, lances que no se habían producido hasta entonces.
En uno de ellos, uno de los altos centrales locales, Duffy, cabeceó limpiamente a gol córner y estableció el 2-1 que propició la segunda derrota valencianista en pretemporada, como consecuencia, sobre todo, del bajón que dio el equipo en el tramo final del choque.
