En la reanudación el Getafe salió en tromba a por la victoria. Era el único de los dos equipos que parecía querer ganar y no tardó en sumar ocasiones con un cabezazo de Bruno Fernández, con una falta lanzada por el uruguayo Damián Suárez que salvó Andrés Fernández y con otro disparo de Portillo que acarició el palo derecho de la meta del Villarreal.
Todo eso en quince minutos, los que tardó Bordalás en dar más mordiente a su ataque con la salida al campo de Ángel Rodríguez, que dispuso de media hora para desnivelar la balanza y casi lo consiguió con otro testarazo que salvó Andrés cuando restaban veinte minutos para el final.
Hacia ya tiempo que el segundo tanto del Valencia en Valladolid había restado tensión al público del Coliseum, que decidió reconocer la gran temporada de su equipo con cánticos dedicados.
Los recibió Jorge Molina, Francisco Portillo, cargaron contra su gran enemigo, Marcelino García Toral y en medio el serbio Nemanja Maksimovic hizo el tanto que parecía el de la victoria con un certero cabezazo. Después, casi al final, la diana del empate, obra de Gerard Moreno con incertidumbre, fue una anécdota.
El Getafe amarró la quinta plaza, firmó su mejor temporada de la historia (59 puntos) y el Coliseum declaró su amor por el gran artífice de un curso para el recuerdo: "¡¡Bordalás, te quiero, Bordalás te quiero!!". El técnico alicantino hace dos años y medio agarró a su equipo cerca de los puestos de descenso a Segunda B. Ahora, paseará su nombre por Europa. El milagro lleva su nombre.