El diputado de
EUPV en el Congreso de los Diputados, Ricardo Sixto, ha llevado a la
Cámara Baja la situación que padecen los sindicatos de la centro
penitenciario de Picassent tras haber sido expulsados de sus
instalaciones el pasado 1 de febrero. La
Oficina de Valencia de la Agrupación de los Cuerpos de la
Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), sindicato
mayoritario en el ámbito penitenciario, ya denunció la pasada
semana que los cuatro sindicatos representativos del Establecimiento
Penitenciario de Valencia ya no disponen de local sindical en este
centro. Es decir, "que la dirección de la cárcel ha expulsado a
los sindicatos de sus locales en el establecimiento, al parecer, como
respuesta a las críticas que realizan a su gestión y a las
denuncias sobre actividades que ponen en riesgo la seguridad de los
trabajadores, algo que nos parece absolutamente intolerable".
Para
el diputado valenciano, tal y como ya denunciaron los sindicatos,
"nos encontramos ante un claro ataque a la libertad sindical y a
representantes sindicales y no hay que olvidar que los más
perjudicados son los trabajadores que tendrán más difícil acceder
a sus representantes". Por ello, Ricardo Sixto ha exigido al
Gobierno Central que restablezca esta situación y permita que los
diferentes sindicatos vuelvan a los espacios en los que estaban
ubicados dentro de estas instalaciones ya que, de lo contrario,
"estaríamos hablando de una actitud que va en contra de un derecho
constitucional".
"¿Cómo
es posible que las organizaciones sindicales se vean obligadas a
atender a los trabajadores a la entrada del centro y al aire libre?
¿En qué sociedad democrática se ha visto esto?", se ha
preguntado el dirigente de la formación de izquierdas.
Asimismo,
Ricardo Sixto también ha preguntado al Gobierno central si conoce
las denuncias que desde hace tiempo vienen haciendo los sindicatos
del Establecimiento Penitenciario de Valencia sobre inseguridad,
actuaciones irregulares o política de personal, así como si es
cierta la presencia de internos clasificados en primer grado de
tratamiento, los más peligrosos, cuando la cárcel de Picassent no
reúne condiciones para ello.
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