En ocasiones los homenajes llegan tarde. En el caso del poeta valenciano, Francisco Brines, no fue así. Recibió recientemente el Premio Cervantes de Literatura 2020. Fallecía este jueves a la edad de 89 años después de varios días ingresado en el Hospital de Gandia donde fue intervenido de urgencia de una hernia el pasado día 15 de mayo.
Fuentes del entorno del artista han apuntado a EFE que la muerte se ha producido sobre las 21.50 horas por complicaciones de su estado de salud.
Tras ser ingresado y aunque no se ofrecieron detalles de la intervención, se informó de que Brines evolucionaba favorablemente y estaba tranquilo y estable aunque en los días posteriores, ya advirtieron que la recuperación iba a ser lenta. Sin embargo, no ha podido superar su delicado estado de salud.
Brines ha fallecido ocho días después de que los reyes se desplazaran el pasado día 12 de mayo a Oliva (Valencia) para entregar el Premio Cervantes 2020 al poeta en su hogar en la finca familiar "Elca", que ha inspirado muchos de sus poemas, al no poder celebrarse la ceremonia el 23 de abril por su delicado estado de salud.
Felipe VI entrego al escritor la escultura y la medalla acreditativas del premio más importante de las letras hispanas, en reconocimiento a la poesía "intimista y entrañable" de uno de los pocos poetas supervivientes de la Generación de los 50.
El encuentro se produjo en el patio interior de la vivienda ubicada en un un entorno de huertos frutales y vegetación mediterránea desde la que se divisa el mar, en la que el escritor pasó su infancia y a la que retornó hace veinticinco años.
El rey manifestó su alegría y la de la reina de poder entregar personalmente el premio, la medalla que le acredita como ganador delCervantes2020 y una escultura en forma de medallón que el poeta recibió visiblemente emocionado.
Brines fue ingresado pocos días después para se operado de urgencia por una hernia en el Hospital de Gandia y no ha podido superar su delicado estado de salud.
Además de ser uno de los pocos poetas supervivientes de la Generación de los 50, Brines atesora también el Premio Nacional de Literatura, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Nacional de la Crítica.
DÍAS FELICES
El escritor valenciano Francisco Brines, el poeta de las emociones y la tolerancia, ha fallecido esta noche a los 89 años de edad, al no superar la intervención a la que fue sometido hace unos días por el delicado estado de su corazón, pero según las personaS que le han acompañado hasta el último momento vivió hasta el último instante con "plenitud" como lo fue su trayectoria vital y creadora.
Brines ingresó en el hospital un día después de recibir el pasado 12 de mayo la visita de los reyes en su finca familiar y residencial "Elca", en su Oliva natal, su lugar de "retorno" y de inspiración, que le entregaron el premio Cervantes 2020 y que recibió con gran emoción. Según las personas que le acompañaron, fue el último día en que se encontró bien y vivió el acto con intensidad y agradecimiento.
Tras conocer que había sido galardonado con el Premio Cervantes, Brines celebró haber conseguido con su poesía "un canto diverso" y dedicó el premio a sus padres quienes, aseguró, le inculcaron el respeto a lo desconocido, la "mejor lección" que le llevó a amar la literatura.
Ahora, la fundación que lleva su nombre, con sede en "Elca", será la encargada de perpetuar su legado poético, en el entorno que convirtió en su espacio de vida, rodeado de más de 30.000 volúmenes y de fragmentos de Historia del Arte que el escritor fue adquiriendo a lo largo de su existencia.
Brines decidió promover esa entidad, sin ánimo de lucro, para preservar su legado material y poético y rendir un "homenaje a la poesía, porque la poesía aparte de lo estético es un camino muy ilustrativo".
El escritor valenciano es hacedor de todo un catálogo de versos llenos de tolerancia donde disecciona la soledad, el amor, el tiempo, la vejez o la muerte.
Brines, uno de los últimos supervivientes del "Grupo poético de los años 50", miembro de la Real Academia Española -elegido en 2001 aunque no tomó posesión hasta 2006- o Premio Nacional Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, defiende la poesía como un "ejercicio de tolerancia" fruto de la identificación emotiva del lector con el poema, aunque su contenido sea ajeno a sus convicciones.
Una convicción que le ha llevado a escribir versos como éste: "Como si se tratase de algo ajeno hablamos de nosotros y nos vimos inciertos, unas sombras".
Versos con una mirada poética metafísica, ese arte que ayuda a "vivir mejor, pues educa y afina la sensibilidad para percibir el goce y experimentar el dolor, y podemos vivir gracias a ella experiencias que no nos corresponderían", según sus palabras.
En la obra de Brines, el paso del tiempo es además una pieza clave. Lo es porque considera que la vida es un "don de la existencia, pero no indica que el gozo sea eterno ni la desdicha tampoco".
La vida para el poeta "es gozar y penar". "Somos por lo que hemos amado, y tenemos que aceptar lo vivido. Hay que resistir y creo que el éxito reside en aceptar la vida como viene. Yo nunca veo la botella medio llena o medio vacía. Veo lo justo, como está", según dijo a Efe en 2010.
Y Brines también refleja en su poesía lo que él como lector ha visto en los grandes poetas de la historia; y, a cambio, estos poetas (sobre todo su admirado Luis Cernuda) le dieron la "posibilidad de conocimiento de la existencia". "Eso, y hablar de un ser humano cercano. No sé si lo he logrado, pero lo he pretendido".
Tras ganar el Premio Cervantes 2020, el jurado dejó claro que el poeta de "Más allá de la luz está la sombra, y detrás de la sombra no habrá luz ni sombra..." es uno de los imprescindibles del siglo XXI.
"Siempre he partido de mi propia verdad", afirmó en 2007 a EFE el poeta, que ha procurado ser fiel a sí mismo y que ha dedicado su vida a la poesía "porque es útil" y nos enseña "a vivir mejor".
No da dinero, pero permite "tocar al que somos y al que podríamos haber sido, y permite incluso abrazar al contrario", señaló al presentar su antología "Todos los rostros del pasado" (2008).
Una poesía que es "toda una orquesta sinfónica de la emoción", como destacó Francisco Nieva al contestar al discurso de ingreso de Brines en la RAE. Y resaltó que su obra es "todo un catálogo de soledades, de plenitudes buscadas y perdidas, de vientos y cenizas".
Porque en Brines está el verso profundo pero cercano, el verso de la mirada certera y profunda, el verso donde muchos han bebido para ser los poetas que son hoy día.
UNA GRAN PERSONA
El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha manifestado en su cuenta de Twitter tras conocerse la muerte del poeta Francisco Brines que "se va una gran persona" pero "queda un recuerdo eterno" de la obra del escritor, natural del municipio valenciano de Oliva (Valencia).
Puig ha señalado asimismo que la familia y las personas más íntimas del escritor le han dado un papel y un bolígrafo en sus últimos instantes, "y Paco ha escrito solo dos palabras: Os quiero".
La Fundación Francisco Brines, encargada del legado del poeta valenciano y con sede en la finca familiar y residencia del escritor "Elca", en el municipio de Oliva, ha lamentado profundamente la muerte del "poeta y amigo" y ha señalado: "nos deja un maestro pero nos queda su legado. Hasta siempre Paco".
La fundación ha publicado unas palabras del poeta: "Como si nada hubiera sucedido. Es ese mi resumen y está en él mi epitafio".
La directora de la fundación, Àngels Gregori, ha publicado también en su cuenta de Twitter una palabras de agradecimiento al escritor y ha señalado: "qué privilegio más alto haber coincidido contigo, tan cerca de ti, pro las calles de nuestro pueblo y por las horas de nuestros días. Hasta siempre amigo" acompañada de una foto suya con el poeta por las calles de su Oliva natal.
Gregori, amiga personal del escritor y también poeta, ha recordado también unas palabras del poeta: "Tú andarás por tus calles (...) yo caminaré sin ti las mías", y ha acompañado el texto con una foto suya con el escritor por las calles de su Oliva natal.
El alcalde de Oliva, David González, ha escrito también en su cuenta de Twitter: "Tal como decías, somos un paréntesis entre dos nadas. Gracias por todo y por tanto" y finaliza: "Que la tierra te sea leve, Paco".
ASÍ ERA BRINES
El poeta Francisco Brines, el último premio Cervantes fallecido el jueves por la noche a los 89 años, fue, además de un maestro de la poesía, un gran aficionado a la fiesta de los toros, abonado incondicional en la plaza de toros de Valencia y partidario de dos toreros de época como Antonio Ordóñez y Rafael de Paula.
Tanta fue su importancia también para el toreo que la Fundación Toro Lidia (FTL) ha sido una de las primeras en expresar sus condolencias a través de las redes sociales: "Descanse en paz el poeta Francisco Brines, gran aficionado a la tauromaquia", señala la FTL en su perfil de Twitter.
Además de Ordóñez, su torero de cabecera, y Paula, Brines también admiró, entre otros, a Santiago Martín "El Viti", Paco Camino y Luis Francisco Esplá, con el que mantuvo, además, una estrecha amistad.
A pesar de su gran afición, en su dilatada obra no hubo ninguna dedicada a la tauromaquia, aunque, como él mismo confesó hace años en una entrevista, siempre quiso hacer "un tríptico sobre toro, torero y público", pero al final nunca lo llegó a materializar.
En esa misma entrevista llegó hacer manifestaciones tan elocuentes como: "la Fiesta es el espectáculo más bello y perfecto que han creado los españoles" y también sobre el por qué de su afición.
"Me gusta por su estética, porque puede ser una experiencia bellísima. Hay toreros mediocres que sólo tienen técnica, y otros que tienen mucho arte e inspiración. A veces, en un natural, da la impresión de que el tiempo se ha detenido. Eso también lo produce la poesía, y el arte", dijo.
Además de abonado del coso de la calle Xátiva, Brines formó parte del jurado de los premios de la Diputación a los triunfadores de la feria de Fallas, cargo que desempeñó desde que se crearon estos galardones y hasta hace algunos años en los que, por motivos de salud, tuvo que dejar hasta de ir a la plaza.
También colaboró con la revista "Quites" que edita, precisamente, la Diputación valenciana, participó en los actos del vigésimo aniversario de la alternativa de Enrique Ponce e, incluso, en la exposición itinerante organizada en 2018 por la propia corporación provincial titulada "Los toros son cultura, ¡claro que sí!".
Brines participó en el catálogo de esta exposición y aquí volvió a hacer gala de su afición al afirmar que "la fiesta de los toros es el espectáculo más razonado y emocionante que se ha originado y logrado en España".
"Es la lucha a muerte entre un animal racional (el diestro: que debería aunar valentía, conocimiento y, en los mejores de ellos, arte plástico singularizado) y un animal irracional (el toro: belleza, pujanza constante acometividad) con un resultado siempre de muerte, en un breve y contado transcurso temporal. En el desafío también puede actuar el azar, como ocurre en la vida a menudo. Un espectáculo solo comparable a sí mismo", escribió.