La alegría generalizada por el fin del
peaje en la AP-7 entre Tarragona y Alicante tiene este martes al menos dos hitos: la
fiesta que el Ayuntamiento de Oliva ha organizado para la noche, y
la visita matinal del ministro José Luis Ábalos al peaje de
Sagunto. Ábalos ha acudido acompañado de Ximo Puig doce horas antes
del fin de la concesión, que está previsto para medianoche.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado en ese acto que la
liberalización de la AP-7 supondrá un impulso de la movilidad y de la
calidad de vida para todo el conjunto de la Comunitat Valenciana,
durante su visita al área de peaje de Sagunto. Además, Ximo Puig ha
señalado que se seguirá trabajando con el Ministerio de Fomento para
mejorar y ampliar los enlaces actuales entre la vía de alta capacidad y
los municipios de la Comunitat Valenciana. "Queremos una mejor
capilaridad con el territorio de la AP-7", ha señalado.
Esta
carretera de alta capacidad pasará a ser de libre acceso para todo el
tráfico a partir del 1 de enero de 2020, fecha en la que acaba la
concesión del Ministerio de Fomento para su explotación.
Durante
el acto, al cual han asistido el ministro de Fomento en funciones, José
Luis Ábalos, y el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y
Movilidad, Arcadi España, el president ha recordado que se dejarán de
abonar 300 millones de euros en peajes por parte de transportistas y
viajeros. También ha destacado que después de muchos años de demora,
"por fin hay un gobierno que ha atendido esta reivindicación histórica
valenciana".
"Ahora ya será una realidad y a partir del 1
de enero toda la ciudadanía valenciana podrá utilizar una vía de alta
capacidad sin tener que abonar ningún recurso propio", ha añadido Puig.
En
este sentido, el titular del Consell ha señalado que el fin del peaje
de la AP-7 "liberará recursos para las personas y, sobre todo,
facilitará una movilidad, que debe ser la más razonable y cómoda para el
conjunto de la ciudadanía".
"Muchas veces no se le presta
la suficiente atención a la pérdida de tiempo y de calidad de vida que
supone una mala movilidad", ha señalado Puig, quien ha afirmado que
"muchas personas que no podían utilizar esta vía por razones económicas
podrán tener una movilidad mucho más acorde a la de la calidad de vida
que deseamos".
Por su parte, el
ministro de fomento, en funciones, José Luis Ábalos, ha asegurado
que el fin del peaje en el tramo entre Tarragona y Alicante,es un
hito históricoy marca elfuturo de las infraestructuras. Así se ha
expresado durante suintervenciónen el área de peaje de Sagunto, a
pocas horas de que se levanten las barreras.
La liberación delos 374
Km entre Tarragona y Alicante supondrá que, a partir de enero,
circular por la Red de Carreteras del Estado de la Comunidad
Valenciana será un 93% más barato y supondrá un ahorro anual de
300 millones de euros para los usuarios.También supone un cambio
radical para los usuarios de las carreteras que discurren por la
Comunidad Valenciana ya que, hasta la fecha, tres de cada 10 Km de
las vías de alta capacidad del territorio las pagaban directamente
los usuarios.Asimismo, dará como resultado la casi totaleliminación
de los peajes de una Comunidad que hasta la fecha era la tercera en
número de kilómetros de carreteras de pago.
48 años de peajes
Con el levantamiento de barreras que se hace efectivo a las 00:00 horas
de este martes, último día de 2019, la AP-7 entre Tarragona y Alicante
pasa a ser gratuita después de 48 años de pago de peajes.
Una
liberalización por parte del Ministerio de Fomento que no solo supone un
ahorro para los vehículos particulares sino también para los
transportistas y que ahora obliga a analizar la evolución futura de la
demanda y planificar la movilidad, actuando para mejorar la conectividad
de la AP-7 con los municipios que atraviesa.
Con una autopista
totalmente gratuita, quedan trabajos pendientes como la retirada de las
playas de peaje, que no impedirá la celebración de la nochevieja
convocada en el área de San Antonio para festejar la liberalización de
una autopista "más que amortizada", según la convocatoria de Fem Marina
Alta en las redes sociales.
Los 367 kilómetros de la autopista
entre Tarragona y Alicante se integrarán así en la red estatal de
carreteras de alta capacidad gratuitas y se gestionará bajo los mismos
criterios que el resto, según indicó a EFE el secretario general de
Infraestructuras, Julián López.
La liberalización de la AP-7
"culmina una lucha de muchos valencianos" por estar casi cincuenta años
pagando, según el diputado en el Congreso por Compromís, Joan Baldoví,
que ha agradecido su labor a todos los que a lo largo de los años han
concienciado a la sociedad y han presionados a los políticos para lograr
una vía libre de peaje.
"Son casi 50 años pagando, y ha habido
tres ampliaciones, dos propiciadas por grupos socialistas y otra por
Aznar", ha recordado Baldoví en declaraciones a EFE.
Al pago por
una infraestructura que "ya habíamos pagado, repagado y recontrapagado",
se ha añadido el "maltrato" de los Presupuestos Generales del Estado a
la Comunitat Valenciana y la infrafinanciación, según el diputado.
Ahora,
según Baldoví, toca reivindicar todas las conexiones entre las ciudades
y la AP-7 para hacer una autopista "aun más útil" a los valencianos y
vertebradora.
Entre esas reivindicaciones está la creación de
nuevos enlaces de conexión de la AP-7 con la N-332 y la N-340, y la
mejora de la seguridad vial de los tramos que conectan los peajes con
núcleos urbanos u otras carreteras, según especificaba un estudio de
julio de 2018 elaborado por técnicos de la Conselleria de Obras Públicas
y de los municipios por los que atraviesa la Autopista del
Mediterráneo.
La gratuidad supondrá un importante ahorro para los
transportistas que la Federación Valenciana de Empresarios del
Transporte (FVET) ha cuantificado entre 2.000 y 2.500 euros por
vehículo. En cambio, a los municipios por los que pasa, la gratuidad les afectará en la merma del cobro de unos 10 millones de euros en concepto de IBI.
Además, conllevará un mayor uso de una vía mejor, de
alta capacidad y más rápida para los transportistas que cubren rutas de
proximidad entre Valencia, Alicante y Castellón y que hasta ahora
evitaban utilizar esta vía para ahorrarse el peaje.
Menos
importante será la denominación que se le dé para diferenciarla de la
A-7, un cambio que se estudiará más adelante ya que ahora se mantendrá
igual para evitar problemas en la cartelería pero que habrá que abordar
porque no se pueden tener "dos A-7".