Un
año más, miles de porteños acudieron a las tradicionales cucañas marítimas que
ponen el punto y final a las fiestas municipales de este pueblo. Y un año más,
haciendo caso omiso a la solicitud de la Asociación Nacional para la Protección
y el Bienestar de los Animales, el Ayuntamiento de Puerto de Sagunto autorizó
la tradicional "suelta de patos". Eso sí, esta vez se hizo bajo unas
estrictas medidas de precaución para que los animales no sufrieran y ante la
atenta mirada de la Guardia Civil y la Policía Local y Autonómica.
Los
patos, en lugar de ser lanzados, se depositaron en el agua. Los bañistas se
lanzaron a por ellos y trataron de devolverlos a sus jaulas con el mayor
cuidado posible. Este año se soltaron, además, un 10% menos de patos, pasando
de los 150 de 2011 a 135, número que el Ayuntamiento pretende ir disminuyendo
de forma paulatina hasta dejar en un simbólico 100 para preservar la tradición.
La
travesía a nado y el "palo engrasado" completaban unas fiestas que,
pese a polémicas, han congregado, un año más, a un gran número de personas. El repartimiento
de premios entre aquellos participantes que lograron hacerse con una pelota de
plástico y la tradicional mascletà disparada desde la plaza de toros pusieron
punto y final a esta celebración.