Francesc Colomer. EPDAEste va a ser un año de transición complicada, de remontada. Enganchamos una época muy difícil, una crisis sanitaria, una pandemia que golpeó en la línea de flotación de un sector que hace de la interacción humana la premisa de toda la industria. Venimos de horas muy oscuras. La Comunidad Valenciana no se entiende sin ese componente internacional. El levantamiento del cierre perimetral ya nos permite esos viajes nacionales. Es el año de la tradición paulatina. Hacemos diagnósticos prudentes. Yo lo valoro de esta forma.
Este sector seguirá generando empleo, riqueza y esperanza. Sin duda, hacer un cálculo de una cronología y acertar es cada vez mas difícil. Nosotros pensamos y escuchando voces expertas, probablemente el 2022 habrá una gran normalización. Eso significa recuperación, reequilibrio de plantilla en todo lo que es el gran mosaico del sector turístico que va de pymes, a negocios familiares, start-ups o grandes cadenas hoteleras. Es un sistema muy plural. La fisionomía de las empresas turísticas es muy diversa, y estas, en nuestra comunidad, siempre han tirado del empleo.
La seguridad siempre va a ser lo más importante, este concepto ha venido para quedarse. Nosotros hemos hecho un gran sacrificio para obtener las cifras sanitarias tan positivas y quien más ha dado es el sector turístico, puesto que es el que mas se ha sacrificado. Nuestro destino es muy razonablemente seguro, el que venga de fuera ha de venir con las garantías de seguridad. Soy partidario de que fluya el turista, pero con seguridad. Los test o el pasaporte covid son un salvoconducto de vida y de economía.
Hasta la fecha ha supuesto adicionar más pérdidas a las pérdidas acumuladas del año 2020. Esta decisión debe situarse en el rigor. Nuestras cifras son mejores que el mercado emisor británico. Nos pesa, o arrastramos la contradicción de ligar nuestra suerte a la del conjunto de España, porque no han querido territorializar datos. En el año 2019 nos visitaron 3 millones de turistas británicos. Es verdad que nos siguen visitando, pero la cuarentena y las PCR son un elemento disuasorio.
No estamos en ese momento de disfrutar de la experiencia turística con toda la plenitud que conocíamos. Todo parece indicar que en espacios naturales y playas no será obligatorio su uso. Yo creo que en el inconsciente eso lo tenemos ya asumido que podemos disfrutar, ir de vacaciones, tener ocio con esas dificultades pero que al lado de lo que hemos sufrido parece que puedan ser llevaderas. Esto es un contratiempo.
Dependerá de las decisiones que tome Sanidad. Yo quiero pensar que esto es solo una foto puntual de un momento, revisable en función del seguimiento positivo. El ocio nocturno, ha comenzado a percibirse como parte de solución, el último muro de contención contra las socializaciones descontroladas como el botellón. Siempre seria mejor hacerlo en establecimientos pautados, controlados teniendo en cuenta que la gran mayoría es un sector muy profesional.
El estado ha predeterminado las reglas del juego, supongo que también habrán participado los distintos actores sociales. Debería y requiere un examen profundo del enfoque establecido, porque si algo ha fallado, se debe rectificar. Si hacemos una línea de ayudas para los sectores más castigados y estos no se sienten reconocidos, es que tal vez se deban modificar. Los gobiernos nunca tienen la razón completa. Si esto ha sido así, deberíamos reflexionar sobre ello.
La administración competente en lo que es la reforma laboral debería estar un poco pendiente. Nosotros no tenemos competencia en ámbitos laborales. Somos conscientes de que debemos avanzar en la parte de la igualdad, de solución de problemas, superar situaciones de fatiga. Creo que algún día estos trabajos físicos y pesados deberán ser sustituidos por la tecnología. La tecnología debe liberarnos de cosas que nos resultan penosas. Al final nuestra competencia es la promoción turística. La reforma laboral hizo mucho daño en este colectivo.
Nosotros sí que veíamos una cierta necesidad de vacunar a las profesiones vinculadas al turismo, aquellos que interactúan con gentes llegadas de muchas realidades. Otros países lo han hecho. Nosotros estábamos por estas perspectivas. Sanidad no lo estableció, así que no ha podido ser. Hubiese sido una buena idea por el desplome del sector y por ser una ventaja competitiva.
Razonablemente positivos. En octubre de 2020, en la primeras 10 horas se agotaron. El sistema fluye porque es una práctica que estimula la demanda. Estaba pensado para un escenario que finalmente se produjo, sin viajes nacionales e internacionales, solo quedábamos nosotros. Por ello, 1400 empresas que se han apuntado al programa. Lo que queríamos era ayudar humildemente a todo el ecosistema turístico y hacerlo resistir.
Lo hemos sugerido, en el caso de que el mercado no se hubiera normalizado, yo creo que podríamos prolongar en el 2022. El 2021 lo tenemos cubierto y si fuera preciso se prolongaría. Creo que ha sido de los recursos más eficientes que hemos dedicado nunca.
Hay gobiernos que han lanzado este tipo de bonos también para el mercado exterior. ¿Se lo plantean?
En principio, el papel del Bono para el mercado interior también genera un papel de vertebración y autoestima. El mercado emisor valenciano para nosotros es el primer mercado nacional con un 56% en tiempos de normalidad. Cultivar este mercado a nosotros mismos tiene un valor añadido. Que la gente de Alicante conozca Castellón y viceversa.
Los eventos que comentas son bien distintos a otro tipo de planteamientos. Si estos eventos se organizan de una manera correcta y eficiente son acciones interesantes de posicionamiento. No lo calificaría como grandes fastos.
Esos son objetivos o eventos que escapan a lo que es nuestro perímetro de horizontes. No lo tenemos en nuestra agenda, tenemos que examinar caso a caso. Hay que ver cada evento y propuesta, justificarla y encajarla en un relato de territorio salvaguardando la ética y la estética.
No lo conocía, pero aquello que aporte valor y que sea sostenible, en todos los términos, requiere un respeto, una atención y el consenso de la ciudad. La ciudad deberá decidirlo, sería presuntuoso por mi parte divagar más allá. Creo que el signo de los tiempos está en garantizar la sostenibilidad de los proyectos. Las cosas deben responder a las evaluaciones. Valencia es una de las grandes capitales de España.
No, la ciudad y los datos son importantes. Valencia ha hecho muy bien los deberes. La propuesta gastronómica, cultural y experimental goza de un prestigio y cotización importante y prueba de ello es lo que había antes de la pandemia, que volverá, y que era un posicionamiento de la ciudad magnífico. Todos los proyectos que has citado desconozco si serán parte de la respuesta y del futuro, pero el camino de desarrollo que la ciudad viene haciendo lo valoro mucho.
Aspiracionalmente es un objetivo noble y correcto, que Valencia, en virtud de los atributos que tiene ligados al turismo religioso, se posicione con la referencia de Santiago o Roma o otras capitales del mundo que juegan en esta división. Además, estas ciudades tienen esa espiritualidad que también es un intangible muy importante. También hay otros proyectos como La Ruta de la Seda o Territorio Borgia. Hacen que Valencia sea mucho más.
La visita del Santo Padre siempre es una oportunidad. Por ejemplo, el Papa Francisco apoyando lo que es la Ruta del Santo Cáliz, dando legitimidad de ese proyecto. Al final estamos hablando de un Jefe de Estado y de una influencia extraordinaria. No sé si esto será factible, pero en la vida todo está en como se hagan las cosas.
Estas fiestas siempre van a ser un motivo de proyección, de orgullo y de valores estéticos, de lo que es la fiesta. Por cierto, los grandes eventos para nosotros son las fiestas: las Fallas, la Magdalena, las Hogueras... Exaltan los valores más importantes de un territorio hospitalario que gestiona su talento con su carácter mediterráneo. Estas Fallas jugarán su papel y serán un recordatorio de que nunca se han ido y de mantener viva la llama, y una convocatoria que más allá de la fiesta, es un sentimiento. Sobre los sentimientos puros se levantan sectores muy fuertes.
Lo importante es que las estructuras institucionales se tomen en serio el turismo. Es más importante esto, que no el instrumento. No tengo una opinión muy clara, lo que es evidente es que el turismo es un parte esencial de la realidad de nuestro territorio. Todos los futuros pasan por el turismo. Nosotros en esta casa tenemos pasión por el turismo. Reforzar la estructura puede ser positivo, pero esto lo enmarco en una necesidad de que todas las administraciones se puedan resetear para salir de su cuerpo de piedra y sintonizar con el mundo real.
