365 después de la dana del 29 de octubre de 2024,
entrevistamos a uno de los protagonistas de este año, el vicepresidente de la
Generalitat Valenciana, Francisco José Gan Pampols, militar, con numerosos
reconocimientos que ha participado en misiones internacionales en Bosnia y
Herzegovina, Kosovo o Afganistán, entre otras. Desde 2024 es la figura para la recuperación
económica y social tras la catástrofe. Una pregunta muy sencilla, ¿qué balance
hace de este año?
Tenemos asociado el término balance a unos números, a
aspectos cuantitativos de una realidad y en este caso no puede ser asÃ. Hay una
parte que es de cantidades y hay otra que es del aspecto cualitativo. ¿Qué ha
cambiado desde entonces? Ha cambiado que del nivel de destrucción y desesperación
que existÃa el dÃa 30 al 29 de octubre de esos elementos se han restituido
completamente, en concreto, la capacidad de asistencia sanitaria, de formación a
través de las escuelas, reconstrucción de colegios, algunos están pendientes
otros están en una situación semipermanente porque están en barracones y el resto
se han rehabilitado y mejorado la gestión de la estructura de tal manera que se
evita en plantas bajas realizar determinadas actividades y se elevan a plantas
superiores. Se emplean rutas de evacuación vertical, se ha restituido la
movilidad completamente y se ha recuperado en su mayor parte las
infraestructuras viarias, aunque alguna pendiente o mejorable.
En general, la capacidad para desarrollar las actividades
ordinarias se ha recuperado. No asà de esta manera la economÃa en todos sus
aspectos, porque las grandes y medianas empresas sà han recuperado ratios de
beneficios y de ejecución superiores incluso a los del 29 de octubre del 2024. La
Comunitat Valenciana está creciendo a un 3,5 % del PIB trimestral, eso
significa que va incluso por delante de otras, pero la micropyme y los autónomos
todavÃa no han recuperado los niveles pre dana. Hay muchas cosas que se han
hecho, pero quedan muchas otras. Las que están relacionadas con las grandes
infraestructuras, con la mejora de seguridad y regulación de cauces o la
permeabilización de la Pista de Silla, la A3, la A7, la vÃa del AVE, en esas hay
que mejorar su supervivencia ante fenómenos catastróficos parecidos a los que
hemos vivido.
¿Considera que el Estado Español ha estado a la altura
respecto a la importancia de la prevención y de las obras de los barrancos que
no se han llevado a cabo?
Desde el 2001, desde el antiguo Plan Hidrológico Nacional se
contemplaban una serie de actuaciones sobre infraestructuras hidráulicas en
Cheste o Vilamarxant. Son actuaciones en cauces, limpieza, prevención,
seguridad y no es algo que empiece en el barranco del Poyo o el de la Saleta,
tiene que ver con la cuenca hidrográfica del Júcar. No desatiende al Turia,
pero hay tres rÃos que acaban capitalizando esta situación y también unos
afluentes de otros como el Júcar y el Magro. Si esas obras que se proyectaron
en 2001 se hubieran realizado, no habrÃa ocurrido este nivel de afección. Hay
una crÃtica muy extendida acerca de si tanto hormigón es necesario o si es
mejor utilizar soluciones basadas en la naturaleza, es decir, zonas de
laminación, retención, balsas, tanques ante contra tormentas, parques de
inundación... Todo eso está bien, pero la realidad dice que hay determinados
fenómenos que deben resolverse utilizando una mezcla de ambas. Tenemos unos
técnicos muy buenos que son los que tienen que ponerse a trabajar para que
sepamos cuál es la mezcla adecuada. No todas las soluciones se deben basar en
la naturaleza, ni que sea todo presas, aunque hay determinadas zonas en las que
no hay otra forma de hacer obras que no sea a través del formato presa.
En 1957 y 1982 hubo dos riadas muy importantes. Tenemos memoria
histórica sobre acontecimientos muy perjudiciales y con consecuencias muy
graves. En otras zonas del mundo vemos como están preparados ante huracanes,
terremotos y construyen y planifican teniendo en cuenta todo ello. Es para
analizar y evitar que esto vuelva a producirse y saber cuándo se convoca un
Cecopi o cuándo se envÃa una alerta…
Empezando por el concepto de anticipación. Anticiparse es
prever, es intuir qué puede ocurrir antes de que aquello pase para dotar todas
aquellas medidas que sean de eliminación o minimización del riesgo que pueda
darse. El primero de los elementos que hay que considerar es la alerta
temprana. Cuanto más afinemos en la predicción y cuantos más elementos de
carácter técnico combinados con el análisis de expertos sobre el fenómeno
sepamos, antes podremos alertar a la población de cuáles son las previsibles
consecuencias del fenómeno. Hay que afinar en las predicciones y que sean mucho
más precisas para que permitan la continuación de actividades en otras áreas y
se interrumpan en las que verdaderamente están sujetas al riesgo. Esto es muy
complicado, pero existe la tecnologÃa para hacerlo. No es lo mismo una alerta,
amarilla, naranja, roja que un estado de alarma. Las alertas hablan de una probabilidad
de precipitaciones y los estados de alarma hablan de las medidas que hay que
adoptar en cada uno de esos casos, pueden parecer lo mismo, pero no lo son.
La formación también es importante. Todas las personas
tienen que ser conscientes de qué significa cada uno de esos elementos de información,
tienen que saber cómo actuar, cómo reaccionar, qué medios necesitan y saber emplearlos.
Las estructuras de emergencias tienen que ser generadas sobre personal
altamente profesionalizado, cohesionado y unido por procedimientos comunes que
los practica habitualmente. Da igual que hablemos de un ayuntamiento, comunidad
autónoma o el Gobierno. Y, por último, las infraestructuras hay que mejorarlas
en el sentido de darles más capacidad de supervivencia, más permeables, etc.
Ahora cada vez que hay una alerta roja se suspende a toda
una provincia y no podemos parar la vida por cualquier alerta de ese tipo…
La tendencia ahora es hÃper reaccionar porque la última
afección de la que tenemos memoria real ha sido catastrófica, terrible, sobre
todo por la parte no recuperable que son las vidas. Ha impactado, impacta y seguirá
impactando en el tiempo, porque esa memoria ya es colectiva. Hay que ir
convergiendo hacia el término medio y hacerlo apoyados en principios de carácter
cientÃfico. En las predicciones más próximas al lugar, al momento, zona por
zona y caso por caso.
¿Qué es lo mejor y lo peor que ha vivido este año como
vicepresidente de una tarea tan importante y complicada?
La mejor parte ha sido el factor humano asociado a la
tragedia, la calidad tanto humana como profesional de la administración local,
de la inmensa mayorÃa de los alcaldes con los que he tratado. El espÃritu de
servicio, la negación, la disponibilidad, la entrega les ha hecho ir mucho más
allá de lo que el concepto común de cumplimiento de deber abarca. Han adelantado
muchÃsimo con riesgo personal, rozando esas situaciones delicadas en las que no
sé si lo hago o no lo hago, pero no puedo dejar de hacerlo. Eso está muy por
encima de la escala de estima de lo que es la polÃtica en mi fuero interno. Por
ellos repetirÃa esto las veces que fuera necesario.
Lo peor es el cortoplacismo absurdo, el intentar sacar
rédito de situaciones de calamidad y desgracia, exacerbando sentimientos que no
da lugar. El no ser capaz de ofrecer un frente unido con un único propósito que
es devolver la normalidad y las posibilidades de desarrollo a una población que
está en una situación compleja y en la que siguen estando. Lo único que exige unidad
de esfuerzo y una finalidad concreta es devolverle las condiciones de vida y
desarrollo a la población que ha padecido.
Presentaba hace unos meses el Plan Endavant ¿qué actuaciones
pone más en valor?
Dentro del compromiso de transparencia que tiene la
conselleria con la ciudadanÃa es que el progreso del Plan Endavant se puede
consultar online porque está en la página web de la Generalitat. A fecha de 22
de octubre tenÃamos 158 iniciativas finalizadas o en curso. Eso supone el 46%
del plan. De aquà a final de año esperamos arrancar 51 más. Con lo cual, al
acabar el año fiscal el 31 de enero estaremos por encima del 60% en iniciación
y finalización. En ejecución presupuestaria confiamos estar sobre los 1.500
millones de euros.
¿Cuál es su opinión respecto a las ayudas que ha recibido la
Comunitat Valenciana tanto de la Unión Europea como del Gobierno de España?
Como siempre hay claroscuros. El concepto ayuda tiene un
factor balsámico de "vamos a resolver", pero más allá de ese primer elemento lo
que se trata es de recuperar, no lo que habÃa, pero sà de mejorar aquello que tenÃamos
por si vuelve a ocurrir algo que no afecte como lo ha hecho. Desde mi punto de
vista, no debÃa haber habido ayudas de la Unión Europea, del Gobierno Central,
autonómico y local. DebÃa haber habido un modelo de ayuda unificado. De tal
manera que partiendo de un diagnóstico común establecÃa el coste y dicho coste
se asumÃa en función de la capacidad de cada uno de los actores que tiene que
intervenir y tener un solo elemento. Porque aquà no se trata de sacar pecho ni
de ganar una carrera, se trata de resolver un problema y que con ello hubiéramos
ganado claridad, precisión, rapidez y eficiencia. Una sola ventanilla, un solo
modelo de ayudas, una junta de contratación centralizada, un solo responsable y
un solo sistema de control presupuestario. ¿Qué es suficiente? Suficiente es lo
que resuelve el problema en su conjunto y eso todavÃa no está resuelto.
Quedan muchas cosas pendientes. Esta catástrofe necesita
soluciones de emergencia, pero no las necesita en el tiempo que dura la
emergencia, las necesita hasta que el conjunto de las actuaciones ha
finalizado, a cinco o 10 años vista, si no esto corre el riesgo de quedar
desvanecido. De momento no se ha producido esa unión y no parece que a corto
plazo vaya a producirse. Hemos visto una aproximación muy clara desde el punto
de vista de la coordinación entre el ámbito local y autonómico por el convenio
que hemos firmado para hacer el seguimiento del Plan Endavant y agrupar las
necesidades.
Para terminar, hágame una valoración del president de la
Generalitat, Carlos Mazón, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
respeto a esta tragedia, cómo se ha actuado y gestionado durante todo este año
El president Carlos Mazón sigue en el territorio y ha
vinculado su futuro a la recuperación. Pedro Sánchez ha estado en dos
ocasiones y en la zona cero una ocasión. La capacidad que tiene como presidente
del Gobierno para inducir un modelo de coordinación que sea mucho más estrecho
o más efectivo no la ha ejercido porque seguimos como estábamos exactamente
igual que aquel dÃa 30 de octubre. Desde ese punto de vista creo que nadie de
la sociedad entiende que esa coordinación, al margen de las apreciaciones
personales, declaraciones y de todo, no se haya colocado a la población en el
centro y que ese acuerdo entre presidentes se haya producido. Me consta porque
he participado en ello que en dos ocasiones directamente por carta le ha
solicitado esa coordinación, visita, etc. Se le ha remitido el plan de la dana,
de anticipación, informe de diagnóstico, se le ha remitido todo y no hemos
recibido ni una sola respuesta.
Por lo tanto, ¿el presidente del Gobierno de España ha
desatendido a los valencianos en esta tragedia?
No dirÃa desatendido. Lo que sà que dirÃa es que ha
analizado su situación desde un punto de vista que desde el mÃo no ha sido el idóneo
y que tenÃa otra forma de haber hecho las cosas.