García Paesa dice que no sabía que los fondos que gestionó en Luxemburgo fuesen de Zaplana

La gestora financiera Beatriz García Paesa, sobrina del espía Francisco Paesa, ha testificado este viernes en el juicio del caso Erial que no sabía que los fondos que gestionó en Luxemburgo fuesen del expresident de la Generalitat y exministro Eduardo Zaplana, como sostiene la Fiscalía Anticorrupción.

García Paesa ha declarado como testigo por videoconferencia desde Luxemburgo en la décima sesión del juicio donde Zaplana está procesado por supuestas mordidas en la adjudicación de las estaciones de ITV valencianas y los parques eólicos.

A preguntas del fiscal ha explicado que quien le daba instrucciones para el manejo de esas sociedades y empresas -tras su constitución por la familia Cotino- era Francisco Grau, el considerado contable de Zaplana.

Con quien coordinó los movimientos de capitales fue con Grau y Juan Francisco García (ex jefe de gabinete de Zaplana), y aunque conoció a Joaquín Barceló (amigo del expresident), ha señalado que éste figuró como administrador pero no operaba realmente como tal y "ni siquiera tenía su contacto".

Sobre la creación de las empresas luxemburguesas, ha confirmado que fue el entonces director general de la Policía, Juan Cotino, quien llevó en mano alrededor de 650.000 euros a este país en 2001 para la constitución de dos sociedades, Imison y Fenix, a través de las cuales sostiene la acusación que se canalizaron comisiones ilícitas por la privatización de las ITV.

Preguntada por si alguno de los procesados, al margen de Zaplana, le habló del exministro como persona vinculada con las empresas que manejó, esta gestora lo ha negado: "Nadie me habló jamás de él. Su nombre no fue mencionado por ninguno de los intervinientes".

Esta afirmación contradice lo apuntado este jueves por el gestor uruguayo Fernando Belhot -que se hizo cargo de las empresas creadas por García Paesa a partir de 2009 y las trasladó a Uruguay-, cuando indicó al tribunal que supuso que García Paesa debía saber que Zaplana era el titular real de esas empresas y fondos.

También al contrario de lo expuesto por Belhot, García Paesa ha sostenido que no es posible que un acuerdo de administración fiduciaria sea únicamente verbal. "Al menos no en mi caso. Yo soy rigurosa, he de saber quién trabaja conmigo. Es una protección para mí y para la gente que trabaja para mí", ha testificado.

Sobre los fondos depositados en efectivo por Juan Cotino en Luxemburgo, esta gestora ha explicado que Vicente Cotino, sobrino del que también fue presidente de Les Corts Valencianes, ya trabajaba con una entidad bancaria en aquel país y que en aquella época "no se preguntaba sobre el origen del dinero".

"En un momento dado -alrededor de 2009- entra en juego Fernando Belhot", ha indicado García Paesa, para hacerse cargo de las sociedades y trasladarlas a una entidad holandesa (Natland, aunque meses después fueron transferidas a la uruguaya Disfey).

García Paesa no ha recordado quién le presentó a Belhot ni si fue Francisco Grau quien le indicó que sería este gestor quien la sustituiría.

"Belhot se me presentó y para mí actuaba como si fuera socio de las empresas. Jamás me habló del propietario real de las participaciones, jamás", ha insistido.

En la sesión de este viernes se ha interrogado por tercera jornada a los tres guardias civiles de la UCO que han investigado este caso, quienes han mantenido un intenso debate con el abogado de Zaplana, Daniel Campos, sobre los supuestos porcentajes que obtuvo el expresident por el proceso de privatizaciones que se sospecha ilícito.

El letrado de Zaplana ha tratado, insistentemente, de obtener de los agentes cuál fue el porcentaje supuestamente obtenido por el exministro sobre el total de la operación, pero éstos no han determinado una cantidad o porcentaje concreto.

Los agentes han insistido en las plusvalías obtenidas por la venta de las participaciones del grupo Sedesa en las concesionarias (de las ITV y los planes eólicos) y cómo Zaplana acabó disfrutando esos fondos, a su juicio, a través de bienes inmuebles, relojes, televisores o embarcaciones de lujo.