Gilet: Un año sin noticias del mercado

Hace unos pocos días se ha cumplido un año del cierre del gran proyecto, que nos vendió el equipo de gobierno de Gilet, y que consistía en organizar todos los fines de semana un gran mercado, dentro de la parcela destinada para un colegio, que se constituiría en el gran reclamo turístico que este pueblo necesitaba.

El cierre se produjo por la intervención de la guardia civil, que tuvo que mediar entre el adjudicatario original y un sub-arrendatario, buscado por el primero, que terminaron denunciándose mutuamente por desavenencias insalvables en el discurrir de las actividades que organizaban. El caso es que, desde entonces, y poco a poco, han ido surgiendo personas y empresas damnificadas por deudas que han dejado por saldar dichos adjudicatarios, que llegan a los 30.000 euros, y que en estos momentos nadie sabe quién tiene que pagar , y lo que es peor, las reclamaciones llegan a la corporación municipal, ya que algunos miembros del equipo de gobierno actuaron de intermediarios entre los adjudicatarios de la explotación del mercado y algunos proveedores.

La historia es corta y vamos a resumirla. El ayuntamiento dispone de una parcela que, el anterior gobierno municipal, en el año 2008, había cedido para construir un colegio. Como la Generalitat Valenciana, al cabo de 5 años todavía no había aceptado dicha cesión, a algún cerebro privilegiado del equipo de gobierno, se le ocurre que ya tenía ubicación para un proyecto que iba rondando desde hace varios años, y que la anterior corporación contemplaba realizar en las calles de un PAI, de reciente construcción, en las inmediaciones de la parcela elegida.

En un principio se decide la explotación directa del proyecto y se coloca a una persona de fuera de la corporación, que en un despacho municipal, comienza a recaudar las fianzas a los posibles vendedores del mercado, se empieza a contactar con los comerciantes del pueblo y comienzan las gestiones con la administración para conseguir subvenciones.

Más tarde descubriremos que desde febrero de 2012 se están preparando temas para culminar en la adjudicación de la explotación de la parcela. En el pleno de octubre del 2012 los propios miembros del partido popular exclaman que "las cosas del mercado se debían de haber hecho de mejor forma" y que ellos se estaban enterando en ese momento de todo lo ocurrido.

Pero esto no arredra a los autores intelectuales del proyecto, a pesar de que la secretaría del ayuntamiento les informa que para adjudicar la explotación de la parcela debe existir concurrencia. En pocos días se aprueba el proyecto, el pliego de condiciones y se ofrece a la empresa constituida para ello la concesión, todo ello por decreto de la alcaldía, sin que el pleno conozca nada, ¡como en pocos dias!! En dos.

A pesar de las promesas de que el ayuntamiento iba a ingresar cerca de 90.000 euros, nos encontramos con que la oferta no supera los 12.000, pero ¡es igual! En menos de un mes se firma la adjudicación, por supuesto por decreto de alcaldía sin que el pleno sepa nada. Informar al lector que en Gilet existe una mesa permanente de contratación que ni se ha reunido para este tema.

Sorprendidos por que solo existiera una oferta para un tema, según el equipo de gobierno, tan atractivo, preguntamos por escrito a la secretaría a cuantas empresas se le había ofrecido la posibilidad de presentar ofertas y la contestación es obvia, sólo a una.

En fin, con estos antecedentes, ya adivinan lo que pasó, un año de mala gestión, perdidas económicas continuas, el ayuntamiento no ha cobrado el canon, los proveedores detrás de los promotores-concesionarios para poder cobrar, un montón de actividades previstas sin realizar, subvenciones de la Generalitat que se han devuelto por no poder invertirlas en el objetivo previsto, y un proyecto que podría haber creado cierta actividad económica y originado algún puesto de trabajo, en el limbo.

Y tenemos que aguantar, pleno si y otro también, que los responsables de la mala administración de los recursos públicos debían dar cuentas a los ciudadanos y denunciarlos a los juzgados. Conocen aquello de "por la boca muere el pez".