El
jardÃn de Villa Eugenia se habÃa ataviado con sus mejores galas para poner a
prueba su acústica en un singular concierto. Junto a la entrada, Pep Gimeno Botifarra
conversaba con su público. Hasta el mÃtico LluÃs Miquel intercambiaba sus
impresiones con los asistentes, reposando sobre la balaustrada del pasillo
lateral del Centro de Arte mientras el propio Ramón Cardo, pese a su
enfermedad, se acomodaba en una de las últimas filas. Curiosos y aficionados
cogÃan sitio tras la reja exterior, pues ni la crisis puede con el interés por
la música.
"Este
proyecto musical –comentó el concejal de Cultura y Comunicación, Ferran
Vilella-, es sorprendentemente poderoso, tenemos el privilegio de poder asistir
a un concierto inaudito y genial, por la calidad de sus intérpretes y por la
arriesgada y acertada propuesta de fusión entre la música de cámara y el cant
d'estil".
Todo
hacÃa presagiar que se iba a vivir una noche especial. El quinteto Spanish
Brass Luur Metalls inició el concierto con una obertura que, como la mayorÃa de
las piezas, habÃa sido cuidadosamente arreglada por el godellano Ramón Cardo.
TodavÃa expectante, el respetable se preguntaba cómo harÃan casar la sonoridad
de un grupo de metal con la voz de Pep Gimeno Botifarra.
El
cantaor de Xà tiva subió al escenario y las dudas dejaron paso a la emoción, a
la sonrisa,… e incluso a la carcajada. El humor valenciano, irónico, grotesco,
popular de Pep le permitió casi de forma espontánea, meterse al público en el
bolsillo desde su primera intervención con un repaso de las frases hechas y
proverbios populares sobre los meses del año. Una memoria privilegiada que le
mantuvo durante cerca de 7 minutos repasando todos los dichos imaginables con
sus referencias geográficas incluidas.
AsÃ,
entre chascarrillos, historias de la cultura y el folclore valenciano, Spanish
Brass Luur Metalls y Pep Gimeno Botifarracompletaron un programa en el que no
faltaron l'U d'Aielo, una cançó de batre, danses valencianes, la pieza
compuesta por José Rafael Pasqual Vilaplana Remors de Bresol, Sant Antoni de
Gavarda, Lo desencant del Valencià y una Jota con la que hicieron cantar a los
menos vergonzosos del público. Por supuesto, no falto el bis ni la ovación
final con el público en pie para cerrar una noche mágica.
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