Gran Hermano: La Vida en directo para rato

Gran Hermano, el reality show más longevo de la televisión española y precursor de todos los que han llegado después, se despide hoy de su edición 12+1. Pese a los años que han pasado desde que se estrenara este novedoso espacio en España y las 13 ediciones, el concurso sigue disfrutando del favor de la audiencia, hasta el punto de que la 12+1 ha superado en audiencia a ediciones anteriores.

La clave del éxito hay que buscarla en varios factores: la idiosincracia de una parte del pueblo español, que gusta de cotilleos, morbo, edredoning, sexo, peleas y reconciliaciones; por otro, el excelente cásting de esta edición, que ha introducido concursantes con perfiles muy determinados; y, finalmente, y sobre todo, el gran trabajo de Mercedes Milá, sin la cual Gran Hermano simplemente desaparecería (y si no, que se lo pregunten a Pepe Navarro).

El éxito de esta edición ha sido tal que Telecinco se ha permitido el lujo de doblar la emisión del concurso -los jueves y los lunes- con la estrategia de frenar el estreno de El Número Uno de Antena 3, algo que parecía una locura, pero que la magnífica evolución del concurso de esta edición, ha hecho que el talent musical sucumbiera ante el reality por excelencia. Con datos que han superado el 20% los jueves y que el pasado lunes llegó al 25%, Gran Hermano firma una brillantísima edición en cuanto a audiencias, tanto en las galas semanales, como en el Debate de los miércoles y los resúmenes de LaSiete, sin olvidar el importante efecto arrastre que ha tenido en otros programas de la cadena, como Sálvame o El Programa de Ana Rosa.

Con tal éxito, no es de extrañar que Telecinco haya decidido prolongar el concurso hasta enlazar con la emisión de los partidos de la Eurocopa con 'La Re-Vuelta', una vuelta de tuerca a los reencuentros que ha emitido en otras ocasiones, consistentes en volver a reunir en la casa de Guadalix de la Sierra a ex concursantes que no tuvieron una buena relación para darles una segunda oportunidad. Una excusa para estirar la gallina de los huevos de oro que tiene garantizado el éxito.