¿Hacia dónde se dirigen los indignados?

El Movimiento 15-M, los indignados, la Spanish Revolution o la Acampada Valencia. Son términos que confluyen en la búsqueda de una Democracia Real Ya. Como en Valencia, en Madrid, Barcelona y numerosas ciudades españolas ha calado un mensaje de rebeldía y rebelión contra el Sistema, que no da soluciones a numerosos problemas e injusticias sociales. Por ello, la lucha sigue. Después de más de dos semanas de acampada en plazas emblemáticas, los primeros problemas han comenzado a surgir y el colectivo quiere seguir siendo respetuoso con todos, conscientes de que sólo siendo una revolución pacífica se podrá tener éxito. Y hasta ahora, lo están consiguiendo.

Para evitar que los políticos encuentren excusas para disolver las acampadas, los indignados se afanan por mantener el orden, la limpieza y la higiene. Hoy se ha demostrado en Valencia, donde los acampados han superado la inspección de sanidad y seguirán al menos otras dos semanas mientras el movimiento sigue progresando. De momento, además de un catálogo de exigencias concretas, que buscan profundizar en la democracia real, Valencia ha comenzado a extender la revolución pacífica por ciudades y pueblos valencianos, donde han comenzado a realizarse también asambleas participativas en sus calles y barrios.

La Spanish Revolution se ha extendido gracias a las redes sociales por Europa y el mundo, recibiendo muestras de apoyo de todas partes del planeta. Democracia Real Ya, una plataforma que se autodenomina ya ''política pero apartidista y asindicalista'', quiere cambio en la ley electoral, y planea una macromanifestación a nivel mundial para el mes de octubre.

Sin embargo, la tarea más complicada viene a partir de ahora. El movimiento tan heterogéneo deberá definir una estrategia más homogénea si quieren ganar fuerza y perdurar en el tiempo, con objetivos más concretos si no quiere quedarse en un grito romántico e inconformista contra el Sistema. Hasta ahora, gozan con la simpatía de la sociedad, harta de esta crisis, indignada con el coste que están pagando millones de personas.