Ikea ha sucumbido ante la homofobia de Rusia. La empresa de muebles sueca, que en la Comunitat Valenciana abrió recientemente su primera tienda en Alfafar (l'Horta Sud), había puesto en marcha un concurso para elegir a la pareja que aparecería en la próxima portada del catálogo. Sin embargo, se les ''coló'' una pareja gay, Lev Polyakov y su novio, que arrasaban en votos gracias a que pedían en distintas páginas de Facebook el voto a su favor.
Ikea se enfrentaba a una multa de hasta 25.000 euros, puesto que desde 2013 la legislación nacional de uno de los países más homófonos del mundo, prohíbe cualquier promoción de lo que se considera un ''concepto distorsionado'' que presente a parejas heterosexuales y gays como socialmente equivalentes. Difundir estos contenidos llevan aparejados multas desde 100 euros a particulares a 25.000 a empresas jurídicas, e incluso penas de cárcel.
La moderna empresa sueca ha sucumbido, quedando en evidencia que antepone sus intereses legítimos económicos.