Carlos Fuster, que hace un seguimiento del estado del litoral de Sagunt y Canet desde el sentimiento de impotencia que le produce comprobar de cerca la regresión que sufre cada año, cuenta que "la playa es caprichosa". Este vecino de la zona explica que las corrientes naturales vuelven inútil la tarea de las máquinas que ahora mismo se encuentran trabajando en la playa de Corinto y en la gola de Quartell.
En las últimas semanas, la Demarcación de Costas de València ha estado retirando 10.000 metros cúbicos de gravas de Corinto y de la gola a petición de la presidenta del Consell Agrari, Gloria Parra. Todo ello, según afirman desde el Ayuntamiento de Sagunt, con el objetivo de "revertir las consecuencias negativas que ha dejado el paso de la última gota fría (DANA) en la zona del litoral y, al mismo tiempo, paliar puntualmente el problema de evacuación de la gola".
Sin embargo, de poco sirven este tipo de actuaciones. Si el martes 26 de noviembre la gola de Quartell carecía de obstáculos para la circulación del agua tras la intervención de los operarios, el jueves 28 aparecían de nuevo piedras que taponaban la entrada, "con el grave riesgo de que un temporal del norte arrastre hacia el sur, en Corinto, Almardà y Canet, todo el acopio de gravas de la gola que siguen acumulando", advierte Fuster.
Las corrientes transportan los sedimentos, que se depositan en la zona del barlomar (al norte de una gola, espigón o puerto) y provocan una carencia de aportaciones en la zona de sotamar (en la parte abrigada de dichas construcciones).
Impacto ambiental
"Se consideran insuficientemente valorados los potenciales impactos de la actuación sobre la costa, sobre la modificación de la planta de la playa y la modificación del transporte longitudinal, debiendo considerar y analizar los efectos sobre las playas ubicadas al sur de Almenara: playa de Malvarrosa, Corinto y Almardán en Sagunto, Racó de Mar en Canet d'en Berenguer y playa del Puerto de Sagunto. A falta de un estudio más concreto, no puede concluirse que las alternativas estudiadas cumplan con el requisito de resolver el problema de Almenara y no producir impactos en las playas del sur". El texto es un fragmento de la resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado en 2017 y emitida por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente en relación al proyecto de estabilización del frente litoral en los términos municipales de La Llosa y Almenara.
En el informe actualizado que se hizo público en el BOE este año, se aporta una evaluación más completa de los posibles daños a nivel medioambiental de la colocación de los seis espigones al sur de la provincia de Castellón, pero Fuster indica que no acaban de quedar claras, en cualquier caso, las consecuencias de un proyecto que no se ha realizado tenido en cuenta lo suficiente al área del norte de Valencia, dado que se encuentra bajo competencia de una demarcación distinta.
De hecho, al proyecto se presentaron alegaciones por parte de Compromís per Sagunt, Acció Ecologista Agró, diversas asociaciones de vecinos y particulares que fueron descartadas por Costas, algo que desató la indignación de la población y acabó motivando movilizaciones ciudadanas.
Mientras tanto, debido a este panorama, el alcalde de Canet, Pere Antoni, encargó un ambicioso informe alternativo que todavía se está elaborando y que, según Fuster, de ser lo suficientemente contundente y revelador podría prevalecer sobre el oficial y hacer detener con carácter de urgencia las actuaciones en esta zona de litoral.
"Están dejando que desaparezca la playa natural para luego tener que construir una artificial, no tiene sentido", opina este vecino recordando la regeneración artificial de la playa de El Puig hace una década. Por el momento, todo sigue adelante y las máquinas trajinan mientras la naturaleza sigue enfrentándose a la acción del hombre.