Hemos terminado un año complicado para todos, un
año en el que ha resultado difÃcil sacar adelante proyectos y ha sido
complicado mantener la serenidad para tomar decisiones acertadas.
Y hemos
depositado muchas esperanzas en el año que ahora comienza, convencidos de que
solo desde el esfuerzo y el sentido común, podremos volver a alejarnos del
fantasma de esta crisis.
Pero no
basta con los buenos propósitos, aquellos que tienen la obligación de
administrar nuestro Ayuntamiento, no pueden seguir dando la espalda a una
realidad que sólo ellos continúan negando.
No
podemos seguir escudándonos en otros, para justificar la situación actual, y
sobre todo, no podemos seguir derrochando a manos llenas, mientras creemos que
somos capaces de dar lecciones de gestión a nadie.
Hoy, el
Ayuntamiento de Quart vive inmerso en la peor crisis de su historia, una
crisis, no sólo económica, sino moral. Una crisis que ha hecho que muchos de
nuestros ciudadanos vean a aquellos que tienen que solucionar sus problemas,
como el mayor problema después del paro.
En Quart
se ha seguido derrochando en inversiones innecesarias, o en compras
inexplicables, en Quart se ha mentido sobre las ayudas al empleo, y en Quart no
hemos sido capaces de cobrar los impuestos que correspondÃan en tiempo y
forma. Como consecuencia, muchos vecinos han terminado soportando una carga de
impuestos, muy superior a la que les tocaba soportar.
Pero es
curioso, Carmen MartÃnez y su equipo de malabaristas , ha conseguido en
ocasiones convencer a algún vecino despistado, que la culpa no era de ellos,
que, pobrecitos, siempre venÃa alguien de fuera que los engañaba en el último
momento y claro, no se podÃa hacer todo lo que habÃan prometido.
Pero ese
cuento ya no sirve, entre otras cosas, esta crisis se ha llevado por delante,
la inocencia de muchos de los vecinos de Quart que acostumbraron a creer en
las fábulas de la alcaldesa, hoy los vecinos saben que Carmen MartÃnez, se
esconde detrás de la mentira para intentar que nada cambie, para intentar que
en Quart veamos una realidad distinta a la que ven el resto de municipios.