El diputado Bartolomé Nofuentes con el alcalde de Olocau, Antonio Ropero, en el Instituto Cervantes de Bruselas.Poblados muy antiguos, existentes ya antes de las colonizaciones fenicia y griega, cuya ocupación se extendía desde Andalucía hasta el sur de Francia, especialmente la zona de Levante. Se trata de los íberos, una cultura que da nombre a la península que ocupan España y Portugal, cuyos vestigios son visibles en diferentes puntos del Mediterráneo Occidental, uno de ellos Olocau, en su conocido como El Puntal dels Llops.
Desde hace seis años, el equipo que dirige el alcalde del municipio, Antonio Ropero, lleva trabajando en poner en valor este importante patrimonio arqueológico, mediante la realización de rutas y visitas guiadas, así como otras acciones de promoción. Una experiencia que está dando sus frutos. De hecho, según el regidor de Olocau, este año se tiene una previsión de 17.000 visitas, cifra que muestra, en palabras de Ropero, "el interés que despierta la cultura íbera entre la población".
El siguiente paso es trasladar este caso de éxito a nivel europeo, una idea que ha contado con el respaldo de la Diputación de Valencia. A través del área de Proyectos Europeos que dirige Bartolomé Nofuentes se ha presentado en el Instituto Cervantes de Bruselas el trabajo realizado en Olocau alrededor de la cultura íbera, ofreciendo la posibilidad de que otras sedes del Instituto Cervantes, así como museos y embajadas acojan una muestra sobre su experiencia.
"Se trata de internacionalizar las señas de identidad de los municipios más pequeños para su difusión, conocimiento y promoción", ha señalado el diputado Bartolomé Nofuentes. Por el momento, se ha mostrado interesada la Casa de Andalucía en Bruselas, que acogerá la exposición desde el 27 al 29 de junio. "Es una cultura tan importante como desconocida. Se trata de que se conozca, de igual manera que sabemos de la época romana o griega", ha añadido el alcalde de Olocau.
La muestra cuenta con un total de 12 paneles en los que se explica al visitante qué significaba la cultura íbera en el Mediterráneo, con un esquema de los poblados que había y cómo vivían. También se aborda de forma especial la historia de Edeta, la actual Llíria, así como el poblado del Puntal dels Llops, que en aquella época funcionaba como una atalaya de defensa. Otra de las propuestas en las que se trabaja es en la creación de una red nacional del patrimonio íbero.
