La jueza de Catarroja que instruye la causa penal por la gestión de la dana del 29 de octubre califica de "auténtico bulo" la repercusión de la presa de Forata en la crecida del barranco del Poyo y descarta que tuviera "cualquier tipo de efecto negativo" en los sucesos del pasado 29 de octubre.
Asà lo expone la instructora en un auto emitido este miércoles, difundido por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), en el que desestima sendos recursos de reforma de una misma acusación particular -familiares de un fallecido- que reiteraba su petición de práctica de diligencias de investigación relacionadas con la presa de Forata.
La jueza recuerda que ya existen incorporados al procedimiento informes remitidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) sobre las presas de Forata y Loriguilla, con datos del 28 de octubre al 1 de noviembre, asà como los testimonios de personal y presidente de este organismo estatal.
Del testimonio de los técnicos y peritos y de la catedrática de GeografÃa FÃsica de la Universitat de València (UV) Ana Camarasa, experta sobre el barranco del Poyo, se desprende que la presa de Forata no tuvo relación con el desbordamiento del barranco del Poyo, señala la instructora.
En el auto recurrido, recuerda la jueza, se expresaba que, al encontrarse la presa de Forata en una cuenca completamente distinta de aquella en la que falleció la pareja de la acusación particular, dicha prueba "en nada servirÃa para esclarecer las causas y circunstancias de su fallecimiento".
La acusación particular pedÃa la prueba al considerar que el fallecido, que murió cuando se encontraba en una caseta en Cheste, "fue abandonado a su suerte" mientras "todos los llamados a protegerle se centraban en que Forata no reventase, olvidándose completamente del Barranco de Chiva".
"El hecho de atender la situación de la presa de Forata no era incompatible con la alerta a la población", señala la jueza.
"También se alude al hecho de que dicha prueba permitirá la declaración como investigado del presidente de la CHJ", una cuestión, añade el auto, que "ya fue resuelta por la Audiencia Provincial de Valencia en auto de 19 de junio de 2025, por lo que carece de sentido" y por ello desestima el recurso.
Asimismo, la jueza indica en uno de los dos autos que se está efectuando un informe por la Guardia Civil que ha de basarse en documentos, conclusiones y declaraciones de peritos, y no en "simples aseveraciones no corroboradas y en manifiesta contradicción con la realidad incluso geográfica".
Número de vÃctimas
Cuestiona además que en el escrito de recurso, "de difÃcil lectura", "se apela de manera frecuente a que se debe buscar la verdad de los hechos, intenta introducir en el procedimiento bulos sobre el número de fallecidos", cuya cifra oficial es de 228.
"Se dice por dicha acusación que son más de 300 personas", sin aportar prueba alguna de dicha afirmación, nombres e identidades, mientras en otro escrito de reforma la misma representación fijaba la cifra de fallecidos en 257 y, "de forma insistente", en otro afirmó que los fallecidos eran 232.
En un auto previo el juzgado señaló que tres de los nombres del listado aportado por dicha acusación particular estaban repetidos y el cuarto supuesto fallecido estaba vivo, se trataba de un lesionado.
La magistrada ha emitido también una providencia en la que acuerda, entre otros extremos, incorporar a la causa las declaraciones de diversos perjudicados y citar a otros para el ofrecimiento de acciones.
Asimismo, comunica a las partes que se han adherido a la petición de Acció Cultural del PaÃs Valencià (ACPV) relativa a la permanencia del órgano judicial en la Ciudad de la Justicia de València que ya se ha articulado dicha petición en un acuerdo de la Junta de Jueces del Tribunal de Instancia de Catarroja.
Afirma que las riadas del 29-O eran previsibles
Por otra parte, la catedrática de GeografÃa FÃsica de la Universitat de València (UV) Ana Camarasa ha asegurado que las riadas que arrasaron parte de la provincia de Valencia el 29 de octubre eran previsibles, al menos, desde las 15 horas aunque también antes, y cree que el mensaje de alerta se mandó tarde.
Según consta en la transcripción de su declaración como testigo - el pasado jueves- en la causa judicial que investiga la gestión de la dana, Camarasa realizó en 2021 un informe sobre el barranco del Poyo, en el que ya se alertaba del riesgo de esta rambla, debido a la tendencia general de mayor intensidad en las lluvias.
A preguntas de la jueza, afirma que la dana de octubre ha supuesto "un cambio de escala" y "una constatación del cambio climático", pues esa tarde se superaron mucho todos los umbrales y "todo lo esperable".
Explica que las ramblas funcionan con avenidas súbitas de agua que, además, es "un agua marrón, de sedimentos, con mucha capacidad de transporte, que se lleva los coches, las casas, lo que encuentra por medio", pero, a su juicio, en el caso del 29 de octubre "sà que era previsible".
Señala que ese dÃa el suelo era "poco permeable" ya que "estaba humedecido" por las lluvias de los dÃas anteriores y por las que cayeron durante esa mañana, que "impermeabilizan la cuenca por saturación".
"Cuando el suelo está saturado empieza a escurrir" y más "si llueve a una velocidad superior a la que el suelo es capaz de absorber" y la intensidad es muy importante, como ocurrió ese dÃa, indica. "Es como verter agua con un pozal en una botella. Se llenará la mitad y el resto, por fuera", añade.
Además, apunta que toda la parte baja de cuenca está "muy impermeabilizada por el sellado del suelo que ha supuesto la gran expansión urbanÃstica, toda el área metropolitana se ha impermeabilizado por cemento, con hormigón", por lo que esa zona "tiene menos capacidad de absorción".
Para esta catedrática, el problema no es que se alcancen intensidades puntuales de 80 mm/h o de 300, "el problema es que se mantengan cinco horas donde la intensidad no baje de los 80 mm/h".
Indica que normalmente "muy poca parte de lo que llueve escurre porque se filtra al acuÃfero" y concreta que normalmente en una rambla solo escurre entre un 6 o 7 %, mientras que en esta dana, se calcula que en el barranco del Poyo se estaba convirtiendo en caudal más del 60 % de lo que llovÃa.
Camarasa asegura que desde la mañana, en la que ya hubo problemas con las lluvias, pero sobre todo, a partir de las 15 horas, cuando se produce "la segunda tanda" de tormenta, se sabe que ese agua "tiene que llegar a la desembocadura" y que "no se iba a perder por el camino".
Indica que las ramblas pueden perder el agua por el camino cuando "llueve de manera muy intensa pero muy localizada", pero aquÃ, dice, "está lloviendo mucho durante mucho tiempo y en toda la cuenca, entonces no le queda más remedio que ir por la superficie, y tiene que llegar al mar, o en este caso, a la Albufera".
En este sentido, cree que los avisos a la población para su protección se tenÃan que haber hecho antes, al menos a las 15 horas, en cuanto empieza a llover en la segunda tanda, pero puede que incluso antes, tal y como hizo la Universitat de València.
"Una alerta masiva a la parte baja -de la cuenca-, donde sabÃamos que iba a llegar el agua sà o sÃ, la habrÃa mandado a las tres de la tarde, incluyo antes, previendo", afirma.
Además, cree que el contenido del mensaje que finalmente se mandó "era poco aclaratorio e insuficiente para ese momento" (las 20:11 horas), en el que, a su juicio, no era "el tiempo de la alerta" o el aviso, sino "de 'póngase a salvo'".
Camarasa considera que la centralización de la información es importante porque la toma de decisiones "se tiene que hacer en muy breve tiempo" e indica que el Cecopi es el responsable de gestionar la emergencia y se tenÃa que haber reunido el dÃa de antes o esa misma mañana a primera hora.
"Faltó comunicación", afirma, y destaca que "en el momento del caos es muy difÃcil planificar la respuesta"; que la planificación "se tiene que hacer previamente" y que el detonante deberÃa haber sido "el meteorológico": el aviso rojo y cuando se empieza a constatar -ese aviso- a las 8 de la mañana del mismo dÃa 29.
Cree que deberÃa haber habido alguien que estuviera pendiente de todos los cauces que ya estaban afectados y de los que iban a estarlo en el futuro inmediato porque "la previsión meteorológica asà lo predecÃa".
También declara que no hay suficiente percepción del riesgo por parte de la ciudadanÃa y que el hecho de que los barrancos no lleven agua la mayor parte del tiempo hace que "no sean percibidos como elementos de riesgo. Un barranco, si te descuidas, es para tirar la basura", dice en su testifical.