Pero
la autoexigencia le pudo más, y verse ante las cámaras, el
ambiente, las mejores atletas, los mejores árbitros, hace que los
campeones se exijan más. Según las palabras de Ojeda, "me
aceleré al inicio del combate para darle ritmo, estaba muy motivada
y quería dar lo mejor de mí, pero los nervios me llevaron a
cometer un error de posición tampoco muy importante. Al darme
cuenta, quise rectificar pero la presión hice que quizás estuviera
lenta, y a este nivel no puedes cometer el más mínimo error".
Desde ese momento Ojeda fue a remolque, pero en lugar de venirse
abajo, en actitud valiente impropia de una debutante, fue a por el
combate, pues sabía que tenía que arriesgar y el tiempo pasa.
Intentó una vuelta de cadera, acción de 4 puntos para volver a
entrar en el combate, que falló pero que inexplicablemente el trío
arbitral en lugar de reiniciar el combate, la perjudicó y otorgando
dos nuevos puntos a su rival. Marta Ojeda supo defenderse en suelo, pero
el combate estaba ya decidido. No se rindió, pues a luchar y
a aprender había ido, saboreando hasta el último segundo su
experiencia.
Cuando se le da ánimos
replica: "El año que viene que se preparen, porque yo también lo
haré".