La Guerra de Ucrania, que afronta ya su semana número 74 de lucha, ha dado un giro importante que apuntan a malas noticias para la economía europea y mundial.
El gobierno ruso ha anunciado esta misma semana que da por concluido el acuerdo que desde hace justo un año había dejado fuera de los objetivos militares los barcos ucranianos de exportación de grano y otros productos de alimentación.
Pero Rusia ha ido más lejos en sus amenazas, y ha pasado a bombardear los puertos comerciales ucranianos, volando hoy mismo varios almacenes de grano en la ciudad costera de Odessa.
Esta ofensiva a objetivos económicos provocará inevitablemente una reducción del suministro de alimentos en los mercados internacionales, creando situaciones de carestía y aumento de precios en toda la cadena de producción de alimentos.
Ucrania es uno de los mayores exportadores de trigo y girasoles de mundo, por lo que el aceite y el pan son los primeros productos que se verán afectados por la guerra.