Instado por el Gobierno central y por la situación económica actual, el síndic de Comptes, Rafael Vicente Queralt, anunció ayer una medida pionera en España para tratar de contener y ajustar al máximo los presupuestos municipales de los distintos Ayuntamientos valencianos. La intención no es otra que la de tratar de evitar un mayor déficit público, fiscalizando las cuentas y las facturas que muchos alcaldes guardan en sus cajones.
Esta medida, que será efectiva a partir de septiembre y que afectará a todas las cuentas de 2012, buscará alcanzar una estabilidad económica. Se trata, en definitiva, de acabar con la costumbre de prometer pagos o llegar a acuerdos sin tener presupuesto suficiente para afrontarlos. O al menos intentarlo.
De esta manera, los interventores exigirán cuentas a los Ayuntamientos, que deberán cumplir a rajatabla con sus compromisos presupuestarios. Según las previsiones de la Sindicatura de Comptes, para el mes de septiembre ya debería estar aprobada esta instrucción. Después de publicarse en el Boletín Oficial de Les Corts y en el Diario Oficial de la Comunitat, los Ayuntamientos valencianos dispondrán de dos meses para comenzar a emitir información sobre el primer semestre de 2012.