La
democracia no se impone, sino que se propone. Hay un conjunto de
normas y leyes que los ciudadanos libremente aceptan como necesarias
para su convivencia, y que llamamos constitución. Cualquier cambio
que deseemos realizar debe hacerse con el permiso de todo el pueblo.
Hoy aparece en prensa el tema de la independencia catalana sobre el
que se ofrecen soluciones diferentes.
Un
sector catalán clama que Cataluña es de los catalanes y exigen su
independencia de España. El tema es de armas tomar. Psoe promete al
Gobierno estar a su lado en la defensa de la unidad de España, pero
no acepta que se aplique el artículo 155 de la Constitución.
Exige, además, dialogar con los partidos catalanes, "hacer
política," a sabiendas de que tal diálogo es imposible.
Inoportunamente
exige debatir sobre la reforma constitucional y el término nación.
¿Què pretenden, en realidad?...Ciudadanos también está a favor
del gobierno, pero carece de sentido que en estos momentos hable de
limitar la Presidencia de Gobierno a ocho años. Todas estas
referencias no caben en este momento. Son válvulas de escape o
pellizquitos de monja. El Partido Podemos es, en realidad, una muleta
del separatismo. Entiendo que este grave problema del separatismo hay
que mirarlo de frente y no de perfil. Tierno Galbàn decía que
cuando no quieras complicarte en un asunto lanza ideas cercanas al
tema y debilitas al contrario.
Recuerdo
aquellas palabras de L. Feuerbach: "Las verdades más simples son
justamente aquellas a las que el hombre tarda más en llegar"
¡Cuánta razón tiene!. Veamos. Tenemos una Constitución que nos
dimos todos los españoles en l978 y que los catalanes aprobaron con
un 91% de votos. Tal Constitución aún sigue en vigor. En su art,
1,2 nos dice:" La soberanía nacional reside en el pueblo español,
del que emana los poderes del Estado". Y en el art.2 dice:" La
Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
Española, patria común e indivisible de todos los españoles".
Queda muy claro que la soberanía de España es del pueblo español.
Luego los catalanes "habitan" una tierra que no es sólo de
ellos, salvo que el pueblo de España decidiera entregársela. Que yo
sepa esto no ha sucedido.
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No caben, por tanto, soluciones utópicas y abrir las compuertas a
la demagogia. Vamos a poner un sencillo ejemplo. Todos ustedes saben
que el fútbol tiene un reglamento que los árbitros deben aplicar
con justeza. No les debe importar el público, ni los jugadores, ni
que griten e insulten. Ellos deben aplicar el reglamento a" raja
tabla." No imaginamos que los árbitros pitaran de forma distinta
en cada campo. La ley es obligatoria. Que los catalanes sepan que
todos los españoles tenemos la misma Constitución. Quien piense lo
contrario tiene una solución: marcharse de España.