LA
UNIÓ de Llauradors cuestiona el reciente informe del Centro Común de
Investigación de la Comisión Europea (CE) sobre las repercusiones que tienen en
los sectores agrarios comunitarios un total de doce acuerdos de libre comercio
firmados por la UE con terceros países, ya que no tiene en cuenta entre otros al
sector de las frutas y hortalizas y deja fuera uno de los que más perjudica a
los productores valencianos como es el de Sudáfrica.
Tampoco
se tienen en cuenta, además de las frutas y hortalizas, el impacto del libre
comercio en sectores tan importantes para la agricultura mediterránea y la
Comunitat Valenciana como el aceite de oliva, el vino y los productos agrícolas transformados en
general.
LA
UNIÓ critica así mismo que este tipo de informes se presente ahora cuando los
acuerdos ya están en vigor y aboga porque se hagan antes de suscribir cualquier
tipo de firma por parte de la UE para conocer sus efectos, tal y como hace por
ejemplo el USDA de EEUU.
El
informe de la CE se basa en 12 Acuerdos de Libre Comercio (ALC) con países considerados
como socios comerciales, además de los países integrados como Mercosur.
Concretamente se trata de Australia, Canadá, Chile, Indonesia, Japón, Malasia,
Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), México, Malasia, Nueva
Zelanda, Filipinas, Tailandia y Vietnam.
No se
tiene en cuenta, por tanto, a pesar de que entró en vigor en 2016, el Acuerdo
de Asociación Económica entre la UE y los Estados del África Meridional -Botsuana,
Lesoto, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Suazilandia- que afecta de pleno a la
citricultura europea.
Este
informe analiza las oportunidades de sectores como el de lácteos, carne de
cerdo, trigo y vino y bebidas, así como la vulnerabilidad de los acuerdos para
los sectores de la carne de vacuno, la carne de ovino, las aves de corral, el
azúcar y el arroz. Este último cultivo no queda bien contemplado en el informe
porque, a pesar de que indica que las importaciones, sobre todo de Tailandia,
podrían llegar a ser del 18% del total de la UE y que puede provocar distorsiones
comerciales con un impacto significativo en el equilibrio del mercado, no tiene
en cuenta la segmentación del mercado del arroz entre el largo (Índica) y el
redondo (Japónica), que es el que se produce en la Comunitat Valenciana.
El informe de la
Comisión de Investigación de la Comisión Europea hace referencia -y mal como se
puede comprobar- únicamente a los aspectos comerciales, pero no analiza las repercusiones fitosanitarias del incremento
de las transacciones comerciales sin las suficientes garantías sanitarias.
Tampoco detalla los sistemas productivos de los países terceros para
compararlos con los exigentes estándares productivos de la UE.
Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, considera que "este informe debería
haberse hecho antes y podría haber servido para analizar el impacto y las consecuencias
de los acuerdos comerciales que firma la UE, pero llega tarde, es muy incompleto,
sesgado y no sirve para casi nada". Además -prosigue Peris- "no se tienen en cuenta
los aspectos de sanidad vegetal ni la necesaria reciprocidad para las producciones
de terceros países con las de la UE. Por ello es pérdida de tiempo y papel
mojado".
El secretario general de LA UNIÓ señala que "ya es hora que la CE aborde
los acuerdos desde la perspectiva de los productores, de aquellos que cumplimos
las normativas europeas para suministrar productos de calidad, dar seguridad
alimentaria y que cada vez sufrimos una competencia desleal en el mercado por
no exigirse los mismos estándares de producción".
LA UNIÓ también indica que los acuerdos comerciales no deberían verse
afectados por guerras políticas ajenas al mercado agroalimentario y que dentro
de los mismos con socios preferenciales no se debería permitir casos como el
veto de Rusia a nuestros productos o los aranceles de EEUU a los productos
agrarios europeos.