LA
UNIÓ, quien ya se mostrara contraria con el nuevo plan de erradicación de
tuberculosis bovina anunciado por el MAPAMA en las semanas anteriores, ha
solicitado a la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria, entre
otras cuestiones, la revisión de los protocolos de aislamiento, la eliminación
de la prueba de gamma interferon que aumenta los falsos positivos entre los
animales por su sensibilidad, así como la necesidad de un mayor control
sanitario de la fauna silvestre.
El
sector ganadero de LA UNIÓ junto al del resto de organizaciones de la Unión de
Uniones, se ha reunido con Valentín
Almansa, Director General de Sanidad de la Producción Agraria, y miembros de su
equipo, para debatir sobre saneamiento ganadero y las propuestas que tiene la
organización agraria para mejorar dichas campañas.
LA
UNIÓ recuerda que en la ganadería extensiva es habitual que se compartan pastos
entre distintas explotaciones ganaderas y, además, con la fauna silvestre. A
pesar de los estrictos controles que se llevan a cabo, cíclicamente los
ganaderos de las zonas de montaña, sufren repuntes de las enfermedades objeto
del saneamiento oficial, provocando una situación de gran perjuicio económico
que en muchos casos, llega a suponer el abandono de la actividad.
En
este sentido, la organización ha pedido que, ya que los controles sobre el
ganado son numerosos y exhaustivos, deben ser igualmente rigurosos también para
la fauna silvestre, especialmente en aquellas comarcas con alto riesgo de
contaminación y donde existen altos niveles de prevalencia. La organización
considera que sin esta actuación será imposible controlar el repunte de la
enfermedad aunque se sacrifique decenas de miles de vacas y se causen
cuantiosas pérdidas a los ganaderos.
Respecto
a este tema, por su parte, los responsables del Ministerio han reconocido que,
en algunas zonas, la fauna salvaje es, efectivamente, un reservorio de
tuberculosis bovina y están de acuerdo en que hay que poner una especial
atención.
Asimismo,
LA UNIÓ reclama la puesta en marcha de pruebas de contraste que eviten el
sacrificio innecesario de animales que han dado positivo por la prueba gamma
interferón y que ésta sólo se realice bajo petición de parte, como ocurre a
nivel europeo.
Por
otro lado, se ha manifestado la necesidad de una mayor flexibilización de
movimiento en una misma explotación o hacia cebaderos, así como la autorización
a la adquisición de animales a las explotaciones
positivas que quieran introducir reses en su actividad ganadera y no someter a
pruebas diagnóstico a las explotaciones que hayan comprado animales 12 meses
antes de la aparición de positivos en la explotación de origen.
LA
UNIÓ ha insistido en la importancia de trabajar codo con codo con la
Administración en los planes de erradicación, también con las administraciones
de las Comunidades Autónomas que tienen una importante responsabilidad, tanto
en la aplicación correcta de los planes sanitarios como en la realización de
las propuestas para su modificación.
"Creemos
que los ganaderos son los que deben participar en la elaboración, y no unos
supuestos representantes del sector -que nadie sabe cómo se nombran-" – ha
afirmado Alfredo Berrocal – "Porque somos los primeros interesados, porque no
queremos una sanidad animal "de despacho" y porque somos nosotros quienes
estamos en contacto con la realidad del día a día" – ha añadido.