Recinto de la UPVLa Universitat Politècnica de València ha dado a conocer su Declaración Ambiental de 2014, un exhaustivo informe que recoge los objetivos alcanzados y los programas realizados por la institución en materia medioambiental en los últimos doce meses. El documento analiza el comportamiento de equipamientos e instalaciones, los hábitos de los trabajadores, alumnos y personal de empresas externas, y hasta el nivel de "ambientalización" de los planes de estudio y de la investigación que se lleva a cabo en los tres campus.
Entre las conclusiones más significativas, destaca la rebaja del consumo energético. En total, en 2014, la Universitat Politècnica de València redujo un 6,55% el consumo energético por superficie construida en los tres campus, un resultado muy por encima de lo esperado. En ese sentido, el rector Francisco Mora ha señalado que "llevamos varios años disminuyendo el consumo de energía y somos conscientes de que cada vez es más difícil porque hay menos margen de mejora. Por ese motivo, y siendo realistas, nos habíamos propuesto reducir un 1% el consumo de energía en toda la UPV. Hemos multiplicado por seis nuestro objetivo anual y, en los últimos cinco años, la rebaja acumulada es del 20%."
Según explica el informe, este resultado es fruto del cambio de los equipos de climatización más antiguos –y, por lo tanto, menos eficientes– que había instalados en algunos de los edificios del campus de Vera. Además, también ha contribuido el establecimiento de unos horarios generales de utilización de climatización (que, además, se desconecta durante el mes de agosto) y de iluminación. Y, cómo no, las medidas de concienciación. En total, 1.210 toneladas menos de CO2enviadas a la atmósfera.
Otros datos interesantes se refieren al transporte –400 personas han dejado el coche en casa en 2014 a la hora de venir a la UPV– y al reciclaje de papel y cartón –han aumentado un 10,1% los kilos recogidos–. El informe analiza también el consumo de materiales, desde fotocopias a productos de laboratorio, de oficina, informáticos, equipos didácticos… En 2014, se detecta una reducción de casi un 15% en el gasto anual per cápita, como consecuencia –indica el documento– del descenso de las partidas de consumo asociadas a la investigación.
El diagnóstico que se ha presentado incluye datos completísimos sobre el impacto que la UPV produce en el medio ambiente en cuanto a los residuos, vertidos, ruido, emisiones, transporte… y también a propósito de las condiciones que la institución impone a sus proveedores de limpieza, mantenimiento de jardines, construcción y demolición, reprografía y restauración. En total, de los 513 requisitos verificados en 2014, tan solo se detectaron 28 "reparos", es decir, requisitos que se encontraban en tramitación en el momento de su verificación.
Para 2015, las metas se centran, entre otros, en disminuir en un 2% el consumo de agua de pozo para riego, en mejorar la gestión de residuos de productos químicos, sanitarios y aceites, y en realizar vermicompostaje –con la acción de lombrices– con el estiércol de las granjas del campus de Vera. Y volver a reducir en un 2% el consumo de energía eléctrica.
En 1996, la UPV se convirtió en la primera universidad española en crear un servicio específico con competencias en Medio Ambiente. Trece años después, en 2009, puso en marcha un sistema de gestión ambiental acreditado con el sello europeo EMAS.
Hoy en día, la UPV sigue siendo la única universidad española –y la más grande de Europa– que ha obtenido este exigente sello. De hecho, según el ranking GreenMetric, la UPV figura entre las 100 mejores universidades del mundo en sostenibilidad ambiental.
