La construcción hizo que muchos de los Consistorios vivieran por encima de sus posibilidades. Contemplando como ingresos fijos los que entraban vÃa ICIO o licencias de obras, se fueron incrementando plantillas y se fueron construyendo Centros CÃvicos, Casas de Cultura y piscinas cubiertas, una por municipio.
Sin embargo, con la construcción hundida y con muchos ciudadanos que no pueden hacer frente a los impuestos -prácticamente la única fuente de ingresos de los Ayuntamientos en la actualidad, excepción hecha de la ayuda de la Diputación-, los entes locales han tenido que hacer ajustes durÃsimos en el presupuesto de este año.
De momento, se van a prestar menos y peores servicios. Ya hay localidades, como Rocafort o Albuixech, donde apagan farolas para ahorrar alumbrado público. O municipios como Paterna, donde se han producido despidos de interinos del Consistorio.
La culpa no sólo la tiene la crisis. Durante muchos años se debatió, sin llegar a cuajar, la necesidad de una Ley de Financiación Local. Ahora se tendrá que hacer, aunque sea deprisa y corriendo.
Los recortes son necesarios, pero, al mismo tiempo, tendrán un impacto muy negativo sobre las empresas asentadas en cada localidad, puesto que sus Ayuntamientos han sido siempre buenos clientes.