"Hay dinero para otras cosas pero no para los centros ocupacionales, no para las personas", así de contundente ha sido esta mañana Vicente Gasó, uno de los trabajadores del Centro Ocupacional Los Silos de Burjassot que ha iniciado la huelga de hambre a las puertas de la Conselleria de Bienestar Social para reclamar a la Generalitat el pago de la deuda que tiene contraída con el centro, 119.000€.
La Generalitat no ha cumplido su compromiso y tras nueve días de espera el centro no ha recibido el dinero que la Conselleria de Bienestar Social les debe, "el viernes abrirán la caja y presumiblemente nos pagarán el 15% de lo que nos adeudan que tan sólo nos va a dar para pagar la Seguridad Social y el IRPF del mes de diciembre. Si a esto sumamos que nuestra póliza tiene ya a estas fechas un gasto de 38.000€ y que tan sólo disponemos de 40.000€ de la misma, la situación es insostenible por todos los lados", tal como ha señalado Julián Oviedo, el segundo de los trabajadores que comenzarán la huelga de hambre mañana. Julián acompañará a Vicente por las mañanas en la puerta de Conselleria y, por las tardes y por la noche estará en el centro de Burjassot. Otra de las personas que acompañará a Vicente en esta huelga de hambre será la madre de uno de los alumnos del centro que estará con él a lo largo de todo el día.
Esta mañana Julián y Vicente, que han estado acompañados por parte de los chicos y chicas que forman el Centro Ocupacional Los Silos, han recibido también el soporte y el apoyo del Alcalde de Burjassot, Jordi Sebastià y del primer y segundo tenientes de alcalde, Rafa García y José Blanco, respectivamente, que han lamentado la situación que le toca vivir al centro por la incapacidad de la Generalitat de hacer frente a los pagos pendientes.
El centro sigue reclamando que la Conselleria afronte el pago del 40% de la subvención correspondiente al 2012, un porcentaje que equivale a seis meses de impagos. Una circunstancia que si no se subsana, a la mayor brevedad, podrá desembocar en un embargo por parte del banco de las casas de alguno de los socios que avalan la póliza que la entidad está utilizando y que, como se ha señalado unas líneas más arriba, ya está prácticamente agotada.
