Luis Francisco López, preside uno de los pocos ayuntamientos populares de la Comunitat Valenciana. Alcalde desde 2011 y concejal desde 2007 analiza la última legislatura y las posibilidades de su partido el próximo 26 de mayo.
Lo que pueda pasar, la verdad, es una incógnita. Estamos en un momento completamente impredecible. Las mayorías absolutas parece que han pasado a la historia pero nosotros trabajamos con mucha ilusión, con positividad.
¿Cuáles son los temas de cabecera que desvelan a Luisfran?
Me desvelan algunos temas que quedan por hacer y, principalmente, la despoblación. Es básico y debe estar en la agenda de cualquiera que sea el que ocupe la alcaldía. Es la prioridad en los pueblos pequeños y de interior. No es fácil pero no podemos conformarnos.
¿La gente es consciente de lo que supone?
A nadie se le puede ocultar que cada vez somos menos. Genera desolación ver el panorama y entiendo que hasta cierta impotencia cuando, con razón, los ciudadanos ven que los políticos no hacemos todo lo que está en nuestras manos para revertir esta situación. Es cierto que no es fácil revertirlo pero sí se puede frenar la tendencia.
¿Y cuál es la fórmula mágica?
La despoblación solo se puede frenar con una legislación positiva hacia las zonas de interior. Tiene que haber bonificaciones fiscales para los emprendedores, y también para los comerciantes locales que ya están trabajando en nuestros pueblos. En esto, los ayuntamientos tenemos muy poca capacidad, quien realmente puede intervenir en estas cuestiones es la administración central y autonómica con normas impositivas que nos permitan tener un IVA reducido como el que pueda tener Canarias o Ceuta o Melilla. Que en la legislación educativa no seamos simplemente números.
¿Discriminación positiva?
Un número es muy frío pero las ratios de las unidades escolares no se pueden aplicar con el mismo rigor en Valencia, Gandia y en la Venta. Cuando se nos cierra una unidad escolar, cuando un empresario tiene que cerrar su negocio, hay que ver detrás el perjuicio que esto arrastra y su consecuencia última, que no es otra que la despoblación. Por eso hay que legislar en positivo y es algo para lo que los ayuntamientos no tenemos competencias. Además, se debe favorecer el desarrollo urbanístico
¿Pero no todo será malo en Venta del Moro...?
Ni mucho menos. Podemos presumir de que Venta del Moro es un núcleo importante de turismo de interior por el ámbito geográfico en el que nos encontramos y del entorno natural privilegiado que nos rodea, con las Hoces del Cabriel y su río. Venta del Moro fue pionero hace muchos años en turismo rural gracias a una serie de emprendedores que así lo entendieron.
¿Y qué hace el Ayuntamiento para fomentarlo?
Hemos creado una marca turística propia que es la de «Venta del Moro, capital del Cabriel», porque somos el municipio que más kilómetros del río acoge y pretendemos posicionarnos como un referente en turismo de naturaleza. Es un sector que también está sosteniendo a muchas familias del pueblo. Creemos en un turismo sostenible, responsable, que no ponga en riesgo nuestra esencia como pueblo. Disfrutamos de muchos senderos y rutas homologadas de pequeño y gran recorrido, a nivel comarcal. Somos etapa de un camino de peregrinación, tenemos rutas para BTT y ahora estamos elaborando un catálogo de árboles monumentales en el que hay más de 100 variedades individuales y conjuntos arbóreos.
¿Venta del Moro igual a Naturaleza?
No, mucho más. Estamos trabajando en la recuperación del patrimonio. Vamos a actuar en las Salinas de Jaraguas, para ponerlas en valor; hemos actuado también en la Fuente de Nuestra Señora de Loreto que es un lugar con un valor sentimental muy grande para nuestro pueblo. También en las aldeas estamos intentado recuperar sus zonas más emblemáticas, dentro de las posibilidades económicas y los recursos de que disponemos.
¿Y cultura?
Hemos inicado los trámites para que tres de nuestras tradiciones más arraigadas sean declaradas Bien Inmaterial de Relevancia Local: El canto de los mayos, la tradición del Judas y la Hoguera víspera de la Fiesta de la patrona. Además, vamos a inciar los trámites para que sea declarado BIC el símbolo de nuestro pueblo, el puente de Vadocañas, un puente de un solo ojo, del siglo XVI.
Sin olvidar el vino
Claro. Estamos dentro de la Asociación Territorio Bobal peleando para que la Unesco nos reconozca como Ptrimonio Inmaterial de la Humanidad y, en el proyecto para que el Valle del Cabriel sea Reserva de la Biosfera. Aquí quiero agradecer el trabajo del Consejo Rector de la DO. Su trabajo está aglutinando lo que desde otros sectores no hemos podido conseguir. Nuestro diamante es la Bobal. Los agricultores han mantenido a lo largo de los siglos la comarca y la DO ha conseguido dar a conocer su trabajo y unirnos en torno a él.
¿Cómo están las arcas del Ayuntamiento?
No nos hemos endeudado en ningún momento. Amortizamos un pequeño préstamo que quedaba y, ahora, tan solo tenemos un pequeño préstamo que tuvimos que solicitar para poder recibir una ayuda que nos obligaba a asumir una parte del gasto.
¿Y aún así, se han hecho inversiones?
Se ha invertido mucho en viales; –en Venta del Moro llegaron a vivir más de 4.000 personas y la estructura urbana estaba adaptada a ese volumen–. También hemos hecho una inversión muy importante en el campo de fútbol, en el polideportivo municipal y en la construcción de una pista de pádel. Se han habilitado algunos espacios del Ayuntamiento para las asociaciones… Hemos puesto en marcha la Biblioteca Municipal que es algo de lo que me siento muy orgulloso. Se ha invertido en los centros educativos y en los consultorios médicos de todo el municipio, se han llevado a cabo actuaciones para mejorar las condiciones de vida de nuestros vecinos (en Casas de Pradas y en Las Monjas, en sus piscinas; en Casas de Moya se ha adecuado un local de almacenamiento...) Se ha actuado en los caminos, que es una red muy amplia. Cambiamos las luminarias y cada año intentamos incrementar un poco la partida destinada a las aldeas, a las asociaciones y clubes deportivos porque el tejido asociativo municipal es uno de los elementos de vital importancia para mantener la ilusión y la esperanza por el futuro de nuestro de municipio.