Estamos a solo un mes de que dos
niños de San Ildefonso paralicen a todo un país con esos 4 millones de euros
del Gordo de Navidad. Gastamos aproximadamente 2.700 millones en 4.000
administraciones que reparten 2.300 millones en premios. Preferimos los números
bajos e impares, la terminación 7 y el 13 como guiño a la suerte que buscamos
más en tiempos de crisis y también en las estampas de los santos o en las
herraduras boca abajo. Evitamos el 0 y los dígitos repetidos en un mismo
billete que hemos de conservar siempre con el código de barras y la numeración
situada justo abajo legibles. Si te tocan más de 2.000 euros, has de
depositarlo directamente en una entidad bancaria y si es compartido, acudir a
un notario que confirme la participación.
Entramos en la administración El
Búho de Fernando el Católico de València, donde se ha vendido el número que
juegan los sanitarios públicos de nuestra ciudad. Un dato: las ventas en la
campaña navideña, que es "una bomba", se multiplican hasta por 150.
¿Qué tiene la lotería de
Navidad?
Tradición e ilusión. Y,
obviamente, el Gordo. La campaña de Navidad es una bomba con clientes que no
son asiduos el resto del año. Sí que es verdad que las personas que juegan
durante todo el año al resto de apuestas han convertido al Euromillón en el rey
y a la Bonoloto también la han situado en lugar destacado porque es la más
barata. A partir de 1 euro puedes jugar.
Volviendo a la lotería de Navidad,
tiene también la
popular pedrea, que
reparte
1.794 premios de 100 euros por décimo.
¿Qué números son los más
demandados?
Los bajos más que los altos y los
impares, más que los pares, aunque es verdad que se compra todo. El 13 es el
número favorito y, de hecho, lo acabamos en cuanto lo pusimos a la venta. La
terminación preferida es el 7, por encima del 5 y el 0, la que menos gusta.
Tampoco queremos que se repitan los mismos números en un mismo décimo. Y luego
pues hay gustos de todo tipo, incluso hay gente que te pide el que tú quieras e
incluso que se lo des boca abajo.
Se buscan también muchas cifras
de cumpleaños, aniversarios… y, curiosamente, desde 1930 a 1938, que son los
años de nacimiento de muchas personas mayores.
Se prefiere el décimo sobre el
papel que da la máquina, sobre todo en Navidad.
En nuestro caso, ofrecemos
también décimos de otras ciudades españolas, con un intercambio con otros
puntos, como Jerez, Tenerife, Madrid, Ibiza, Barcelona… Por ejemplo, la de
Ibiza se ha agotado ya, probablemente porque acababa en 93, el número de Marc
Márquez.
Y luego hay clientes que nos
llaman buscando algún número que tenemos. Por ejemplo, hemos enviado a Huesca
la numeración 6306, que también compró un agente de Policía. Puede ser una
fecha de aniversario o cumpleaños.
Imaginemos que nos toca el
Gordo, ¿qué debemos hacer?
El primer premio son 400.000
euros por décimo. No tienes que pasar por ninguna administración sino acudir
directamente a cualquier banco. Esa es la forma de proceder siempre que la
cuantía sea superior a 2.000 euros.
En el caso de las papeletas de
fallas, comparsas, asociaciones… el responsable del pago es el representante y
encargado que vendió la participación puesto que es él quien cobrará los
premios.
El décimo tiene un código de
barras que si no se puede leer, se teclea a mano la serie que está situada
justo abajo entre dos recuadros. Si tampoco es posible leerla, se ha de mandar
a la central para verificarlo o no.
¿Es un lío compartir un décimo?
Si hay varios cobradores todos
tienen que declarar así que han de ir a un notario para que haga las
particiones o bien que cobre sólo uno para posteriormente hacer las donaciones
pertinentes.
Da igual quién tenga el billete
porque basta con hacer una foto en la que conste los nombres y la cantidad que
juega cada uno aunque yo aconsejo que lo mejor es que una única persona juegue
un décimo.
Hay una leyenda urbana que
dice que los agraciados se gastan el premio con rapidez.
Los premios deben gestionarse con
sentido común. Si percibes una cantidad superior a un millón de euros, conviene
buscarse un asesor financiero. Ni dejarlo en el banco sin que rente ni gastarlo
en coches o viajes sin ton ni son porque al final te quedas sin nada. Es verdad
que las personas mayores quieren ayudar a sus hijos; los jóvenes, pagar su
hipoteca y si alguien, por ejemplo, se acaba de divorciar, irse de vacaciones.
Pero, insisto, siempre buscar ayuda profesional.
¿Qué da suerte?
Nosotros tenemos un búho que se
llama Paquito que es nuestro emblema. Mucha gente pasa los décimos por estampas
de santos y también por una herradura colocada boca abajo, que es símbolo de la
buena suerte. En aquello que cada uno considere que le dará suerte, ha de
frotar el décimo.
¿Cuándo nos gusta comprar más?
El miércoles es el peor día. La
lotería, con carácter general durante todo el año, se vende más los jueves y,
sobre todo, los sábados. Del resto de apuestas, los lunes son los mejores días.
Las mejores horas son desde las 8 hasta las 12.30 y por las tardes, a partir de
las 18 horas por las salidas de colegios y trabajos.
¿La Quiniela resiste?
¡Y tanto que sí! Persiste la
tradición, incluso con la incorporación de la Champions y con un nuevo juego,
que es Elige 8. Resiste el paso de los años y de hecho, en nuestra
administración, tenemos como cliente una peña.
¿Dónde hay más probabilidades
de ganar?
Por estadística, el Euromillón
entraña mayor dificultad, porque se juega en toda Europa y debes acertar 7 números
frente a los 6 de la Primitiva y el Bonoloto. También es verdad que es con lo
que más ganas. Lo más fácil es la Lotería Nacional.
¿Los números fijos enganchan?
Crean esclavitud porque incluso
se heredan. En nuestro caso, todas las semanas tenemos un número que llamamos
del barrio y que se acaba siempre. Generan mucha dependencia.
¿Hay síntomas de
desaceleración?
Cuanta más crisis, más se juega.
Jugar es barato. Por un euro en Bonoloto te puede tocar un mínimo de 500.000 euros,
porque casi siempre hay bote.
¿Cuál es el beneficio del
lotero?
La administración percibe un 4%
de cada décimo. El secreto, por tanto, reside en vender mucho. ¿Y cómo se
consigue? Estando en un buen punto con mucho paso de gente y, sobre todo, teniendo
la suerte de dar premios. Si repartes el Gordo, al año siguiente, Loterías del
Estado te dobla la cantidad de billetes por el efecto llamada que se produce.
Nosotros somos un punto de venta
del Estado, que nos paga por vender su producto.
Y aciertan con las previsiones
que hacen porque normalmente te sobra sólo un 10%.
¿Los loteros son ricos?
Yo también tenía esa sensación
pero puedo corroborar que es una leyenda urbana. Es un negocio que vale mucho
dinero y cuando entras, te empeñas. Te puede tocar la lotería como a cualquiera
pero cuando regentas una administración, juegas menos por falta de tiempo y
porque pierdes el gusto por el ritual.
Tu máxima aspiración es repartir premios.
¿Qué tiene el negocio de bueno
y de malo?
Es muy seguro porque no tienes
impagos. Nadie se va sin pagar. No tienes stock ni la obligación de adelantar
dinero porque tú pagas una vez haces las devoluciones para cerrar cada sorteo.
Los dispositivos dependen de Loterías del Estado y, por tanto, no has de
afrontar averías imprevistas.
Y de malo, la obligación de
contratar un seguro potente por robos y por incidentes, como inundaciones en las que pudieran destruirse todos los
billetes, que habrías de pagar sin vender. Y, además, garantizar un grado como
las joyerías: puertas blindadas, cámara de seguridad, caja fuerte anclada al
suelo, alarma…