Miguel Alcocer ultimando los detalles de su Belén. --EPDA Miguel Alcocer ha vuelto a armar
el Belén en Llíria. Desde el
pasado 18 de diciembre hasta
pasadas las fiestas en enero, la
comarca de Camp de Túria podrá
admirar el Nacimiento que
este belenista ha montado, con
sus manos y mucha ilusión, en
la Iglesia de Nuestra Señora de
la Asunción de Llíria. El de este
año ha vuelto a superar su propia
marca, respecto al de 2015
ya que el artista ha aumentado
casi un metro de ancho hasta alcanzar
los 5 metros y casi tres
de profundidad, la plataforma
sobre la que descansan las 16
partes ensambladas perfectamente
y en las que el visitante,
puede admirar hasta 170 figuras
diferentes.
Miguel está encantado de volver
a mostrar a sus vecinos lo
que mejor saber hacer. Durante
nuestro encuentro, después
de un oficio religioso, él proseguirá
su montaje. "Se me echa
el tiempo encima, siempre por
cuestiones de trabajo, y tengo
que echarle muchas horas aquí,
para que todo quede como yo
quiero", cuenta mientras aparta
las mamparas de plástico que
protegen el Belén. De lo que se
siente más orgulloso es del barranco
que ha creado para la exposición
de este año y que le ha
costados cerca de dos meses. Y
es que no le falta ningún detalle.
Al fondo, Miguel ha esculpido
la fachada de un monasterio
que existe en Jericó y que
está encajado en una montaña.
Un puente de piedra, atraviesa
la grieta por la que discurre un
río en movimiento, gracias a un
complejo sistema que empuja
el agua hasta hacerla correr de
verdad. Porque el Belén no es
solo un conjunto de figuras que
recrean los episodios más importantes de las Sagradas Escrituras.
Miguel ha creado todo un
mecanismo para aportar realismo
a su montaje. Ha conseguido
el efecto de la noche y del día
a través de vario tubos de luces
LED que se encienden y se apagan
constantemente y las hogueras
de los pastores cercanos
al pesebre del Niño Jesús, tintinean
como el fuego de verdad.
Miguel lleva más de 30 años
modelando belenes. Se inscribió
en la Asociación de Belenistas
de Valencia en la década de los 90 y desde entonces
ha cambiado su visión sobre
esta afición. "Antes trabajaba
de una manera muy casera,
pero cuando empecé a
rodearme de profesionales,
mis técnicas se han perfeccionado
y los belenistas de
Valencia me enseñaron a mejorar
mi producto". Este hobby
en el que invierte mucho
tiempo (y mucho dinero) ha
hecho que viaje por toda España
ya que los belenistas celebran
un congreso nacional
todos los años en una ciudad
diferente. En esas reuniones
aprovechan para intercambiar
secretos, técnicas, costumbres
y para adquirir nuevas
figuras que completen los
Nacimientos y los hagan mucho
más atractivos de cara a
los visitantes.
"De todas las figuras que tengo,
las que completan el Nacimiento,
son las que más
gustan y les tengo mucho cariño",
afirma el belenista de
Llíria. Y es que Miguel realiza
verdaderos esfuerzos econó-
micos para adquirir los personajes
que aparecen en su
Belén. Los artistas que más
le gustan son José Luis Mayo
Lebrija y Montserrat Ribes.
El primero es un escultor
de Toledo que trabaja de
manera muy realista y es uno
de los referentes en este tipo
de figuras. La catalana, por
su parte, utiliza mucho los
tonos pastel para caracterizar
a los personajes y también
juega con el cuidado de
los detalles que confieren un
realismo meticulosos a sus
creaciones.
el final
A pesar del cariño con el que
Miguel trabaja durante todo
el año en su Belén, siente
que ha llegado el final de esta
afición, al menos de manera
pública. "No tengo a quien
pasarle el testigo, así que supongo
que cuando me canse
yo, no habrá nadie que siga
con esta tradición", añade
el artista con cierta nostalgia.
Porque Miguel se lo pasa
en grande encerrándose
en su taller de Llíria y creando
nuevos escenarios con
los que hacer más grande su
creación. "No creo que muera
con las botas puestas como
se suele decir, yo estaré aquí
hasta que el cuerpo aguante.
Pero el cansancio es más físico
que mental porque a mí,
esta afición me relaja, me encanta
y me lo paso muy bien.
Pero el cuerpo poco a poco
va pidiéndome una tregua",
confiesa el belenista edetano.
Mucho ha llovido desde que
Miguel comenzó a modelar
con sus manos sus propio Belén,
ha llovido mucho. El artista
enumera los recuerdos
que se le pasan por la cabeza
y, aunque hay algunas fechas que le bailan en la mente,
sí recuerda dónde, cuándo
y por qué adquirió cada una
de sus figuras.
Nadie sabie a ciencia cierta
qué pasará con el Belén de
Miguel. Ni si quiera él mismo
se atreve a precedir un
futuro que no tiene claro para
su afición. Él sigue pintando,
esculpiendo y creando con
sus manos nuevos
escenarios. Pero, a pesar de
las incertidumbres y del desconocimiento,
Llíria, puede
presumir de tener entre sus
vecinos a uno de los mejores
belenistas de Valencia y que
todos los años regala su obra
para sea admirada. Y es que
el espíritu de la Navidad, tiene
un nombre y apellidos y se
llama Miguel Alcocer.
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