En octubre de 2006 Nàquera sufrió un incendio en la Sierra Calderona, en pleno pulmón de Valencia. El caso es idéntico al reciente de Cullera, cuyos alcaldes, principales responsables en este asunto, desoyeron los protocolos de prevención de incendios forestales: el entonces primer edil popular Ricardo Arnal disparó también un castillo de fuegos artificiales habiendo nivel máximo de preemergencias, el 3. Como consecuencia de esta irresponsabilidad ardieron 2,5 hectáreas de pinar en la zona de la emblemática ermita de Sant Francesc. Ocho años después, el caso sigue pendiente delproceso judicial en los juzgados de Llíria y según el alcalde Damián Ibáñez, "seguimos esperando responsabilidades".
Como resultado del incendio de Nàquera fueron imputados el entonces alcalde Ricardo Arnal, su concejal de Fiestas y el responsable de la pirotecnia por supuesto delito de imprudencia grave, por el que la Fiscalía pide nueve meses de prisión para los tres imputados y 3.000 euros de indemnización a cada uno, además de otros 3.000 euros en pago por las labores de extinción.
Según ha declarado Ibáñez, "el exalcalde, Ricardo Arnal (PP), no ha tardado en aprovechar la ocasión para justificar la irresponsabilidad de sus decisiones tomadas que ocasionaron el incendio de 2006. Pero no se trata de quitarle hierro al asunto delegando funciones en otros, sino de asumir responsabilidades y de trabajar para evitar que suceda de nuevo lo vivido en Nàquera y en Cullera".
"Los incendios son difíciles de eliminar, pero sí se pueden prevenir y, en el peor de los casos, mejorar la rapidez en las intervenciones. Revisar las bocas de incendio o mejorar y reutilizar los recursos como camiones con autobomba, son acciones que hacen posible que los incendios se controlen, acciones que en Nàquera hemos realizado gracias a la colaboración de los voluntarios de Protección Civil". De hecho, gracias a la prevención y la rápida actuación de este cuerpo el año pasado se evitaron otras desgracias.
Sin embargo, siguen faltando recursos y mientras el Consell reconoce que faltan medidas, la parálisis en esta materia nos conlleva al riesgo de que cada verano suceda de nuevo "lo evitable". "La prevención en incendios es vital y necesaria. Nos jugamos nuestra tierra, nuestro futuro y parece mentira que otras administraciones no apuesten por la prevención y recorten recursos. En la mayoría de veces es parte de nuestra tierra la que se quema, en otras, son hogares y vidas las que están en peligro. No podemos evitar que sucedan todos los incendios, pero sí podemos lograr que estos sean más fáciles de controlar" ha declarado Ibáñez.
