También los juegos tienen su hueco en la programación de
las fiestas, casi siempre en pareja, para disfrutar de forma compartida de
cualquier noche de verano. El 29 de agosto, el parchís fue protagonista de un
campeonato y una cena, ambos organizados por los festeros jóvenes en la plaza
del País Valencià. La experiencia se repitió la noche siguiente, esta vez con
el truc como protagonista… y con sorpresa final.
Es indudable que todos los días (y, sobre todo, las
noches) no pueden mantener el mismo ritmo de actividad. Como todas las carreras
de larga distancia (el Tour, la Vuelta) hay que dejar en algún momento jornadas
de descanso. Ese era en principio el papel de las dos noches que seguían a la
presentación de los festeros y festeras, el pasado martes 28 de agosto.
Sin embargo, los organizadores de las fiestas de este año
opinan que ya puestos, para qué parar. Así que el miércoles y jueves, después
del traslado vespertino de la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz de una
parroquia a otra de la población, han organizado sendos torneos de juegos de
mesa, que no cansan, que son relajados, que incluso la mayoría de ellos no
participan, sólo organizan…
Al menos en teoría.
Porque la noche del miércoles 29 las previsiones para el
concurso del parchís fueron superadas ampliamente: «Habíamos montado 25 mesas de juego, pero se apuntaron a última hora un
montón de participantes y tuvimos que hacer más de una ronda de partidas a 20
minutos», recuerda Sergi Vivas, uno de los festeros encargados de la
organización. «La segunda parte de la
noche, con las eliminatorias, ya las hicimos con partidas de 15 minutos porque
la noche se alargaba».
Una madrugada de parchís que además tuvo un sabor
netamente femenino: la pareja formada por Mercé y Creu se alzó con el primer
premio y los 60 euros, mientras que las subcampeonas se embolsaron 30 euros.
Definitivamente, el parchís tiene más tirón entre el
público femenino.
Todo lo contrario que el truc, que contó con 30 parejas
participantes la noche del jueves 30, aunque la organización decidió que en vez
de jugar con un horario cerrado era mejor disputar cada partida al mejor de
tres… y la entrega de premios se prolongó hasta las 3 de la madrugada.
Y antes de la final, disputada por José y Jesús contra
Tomás y Pablo, hubo un detalle que habla del buen rollo que reina en las
fiestas…
«Se reunieron las
dos parejas que habían llegado a la final y acordaron repartirse los dos
primeros premios a partes iguales entre ellos y luego a disfrutar del juego.
Toda una lección de deportividad y ganas de disfrutar ante todo», finaliza
Sergi.
Y disfrutaron, vaya si lo hicieron, hasta bien entrada la
madrugada.
Por cierto, José y Jesús ganaron al final, aunque en esta
ocasión, nunca mejor dicho, lo importante era participar.