¿Cómo se orienta un perro
en una ciudad, en medio de toda esa compliÂcada red de calles, carreteras,
casas y tráfico, para saber ir de aquà a all� Todos vamos a decir que por el
olfato, claro: Los perros con su afinado olfaÂto se orientan y saben ir de un
sitio al otro sin perderse. Pues, sÃ, asà es. Es un sistema que han
perfeccionado a lo largo de miles de años y les da excelentes resultados.
Nosotros, sin embargo, para orientarnos necesitaÂmos, para empezar, mucha
memoria, un mapa, un plano desplegable de la ciudad, la aplicación guardada en
nuestro móvil, la tablet, el gps y no sé cuántas cosas más. Lo que para noÂsotros
es el plano de una ciudad, con sus calles, plazas, flechas y nombres donde nos orientamos
recorriendo con el dedito por donde hemos de ir, los perros se orientan con sus
propios mapas olfativos formados por: faroÂlas, árboles, esquinas, contenedores
y puntos concretos que se conocen a la perfección. Por ejemplo –piensan ellos-,
para ir desde casa hasta el garaje, muy fácil –dicen-, farola, dos esquinas a
la derecha, farola, esquiÂna a la izquierda y poste (poste serÃa para nosotros
una señal de prohibido aparcar). Otro ejemÂplo, para ir desde el parque al
colegio de Juanvi: árbol grande al frente, dos árboles pequeños a la derecha,
seto largo a la izquierda, farola, tres postes a la izquierda, esquina, conteÂnedor
verde, cinco patios, esquina y el cole (no falla). Lo que les despista un poco
es cuando encuentran alguÂna valla por obras o algún conteneÂdor nuevo, pero
entonces no tienen más que darle un par de vueltas para reconocerlo, lo marcan
y queda insÂtalado en su mapa olfativo. Tan fácil como oler y marcar.
Hemos de reconocer que, el
de los perros, es un sistema tan infaliÂble que deberÃamos tomar ejemplo de
ellos ¿qué les parece? SerÃa estuÂpendo para saber a la primera dónde hemos
dejado el coche aparcado sin tener que andar dos manzanas a la izquierda,
cruce, dos manzanas a la derecha, y volver desorientados por la calle de la izquierda
hasta la plaza. Al final nos acordamos de que lo habÃaÂmos dejado justo delante
de nuestra casa. A la próxima ya lo saben: oler y marcar.