Carrera solidario del CEIP Rosa Serrano entre padres e hijos. - EPDAIr a un colegio de barracones nunca ha sido algo llamativo, pero más allá del atractivo físico lo mejor siempre está en el interior. Ejemplo de ello es el CEIP Rosa Serrano de Paiporta. Sus alumnos fundaron sus aulas en el año 2007 y desde entonces sus profesores han trabajado duro para que su calidad educativa creciera junto al número de sus escolares, proponiendo técnicas y metodologías diferentes al del resto de colegios. Los valores de igualdad y de respeto son puntos claves dentro de las aulas, pero también lo son las familias. Ellos son las patas fundamentales del desarrollo educativo de los menores, por lo que ellos también forman parte activa de las aulas, ya sea como voluntarios apoyando a los docentes o como un alumno más.
El centro no se ha detenido nunca frente las adversidades y le ha enseñado a sus propios alumnos que si se quiere puede. Durante años, ningún padre quería llevar a sus hijos a unos barracones, pero no pasa nada, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Eran muy pocos los que acudían a sus jornadas de puertas abiertas, así que fueron ellos los que empezaron a salir para demostrar que era el centro educativo perfecto. Los niños y niñas acudían a las escuelas infantiles como 'cuentacuentos' profesionales para animar a que los más pequeños y sus familias confiaran en el CEIP Rosa Serrano. Años después, se ha demostrado que todas estas iniciativas han dado sus frutos, el centro ha abierto su nueva etapa entre los cimientos de sus nuevas instalaciones, convertido en un colegio que sigue destacando por sus valores.
Pero las familias también entran a las aulas como voluntarios y apoyar el trabajo de los docentes para ser ellos quien enseñen a sus propios hijos a sumar, dividir, multiplicar u otras materias.
Desde el CEIP Rosa Serrano intentan fomentar la inclusión social de sus alumnos colaborando con asociaciones como ALDIS o ASINDOWN entre otras. El pasado curso escolar programaron la Semana de la Igualdad para hablar sobre la diversidad funcional, la igualdad de género, el colectivo LGTBI y la diversidad familar. "Intentamos dinamizar para incluir a toda la comunidad educativa y fomentar que toda la familia se involucre en la educación de los más pequeños de la casa" explican miembros del claustro de profesores.
Por eso, no es de extrañar que el centro educativo haya recibido más de un reconocimiento por los valores que inculca en su alumnado. En el curso 2016-2017 obtuvo el Premio Nacional Atresmedia "Grandes profes, grandes iniciativas" por su Música Escola. En 2018-2019 recogió un galardón a su esfuerzo y movilización en redes sociales de la Richi Foundation. En ese mismo curso recibió el IV Premio Escuela Infantil Nacional en la categoría aprendizaje y servicio, además del Premio Nacional Baldiri Reixac. El Premio Sambori también recae en el centro tanto a nivel comarcal como regional y el pasado año recibió el Premio Bankia Proyecto Educativo Musical al Talento Musical por su innovación en el campo de la educación musical.
Sus esfuerzos también se concentrar en una reinversión del patio escolar donde niños y niñas juegan juntos y no de forma separada, proponiendo actividades en las que puedan participar todos. Los pequeños y mayores del centro conectan a través de las 'tutorias entre iguales' que permite que los menores puedan abrirse con alguien y los de una edad avanzada vayan adquiriendo responsabilidades.
