Parón, puerta cerrada, cambios e hidratación revolucionaron la última Liga

El parón por la pandemia, la disputa de partidos a puerta cerrada, los cinco cambios permitidos y las pausas para hidratación revolucionaron la Liga 2019-2020, cuya dinámica de resultados y goles varió radicalmente entre las primeras veintisiete jornadas, disputadas antes de la crisis del covid-19, y las once últimas, jugadas tres meses después.

Así lo indica un estudio del Centro de Investigación, Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE) elaborado por José Olmo y que este organismo publicará en su próximo cuaderno mensual el 1 de octubre, tras el análisis de la evolución de la competición antes y después del parón.

"La alteración de las condiciones en las que se han disputado los encuentros de una etapa respecto a la anterior ha ocasionado diferencias sustanciales", explicó a EFE Del Olmo al analizar la reprogramación de la temporada.

A nivel de datos, el informe destaca la reducción de las victorias locales, condicionadas para Del Olmo por la ausencia del público, lo que ha mermado la importancia de un factor tradicionalmente favorable para el equipo local.

Antes del parón, las victorias locales se dieron en un 47,8 por ciento de los partidos y las visitantes en un 40,8; los empates prácticas se mantuvieron en torno al 27 por ciento y los triunfos visitantes aumentaron de un 24,4 por ciento a un 31,8.

Estas variaciones, según del Olmo, se deben considerar "muy significativas", ya que tienen muy pocos precedentes en otras campañas y están condicionadas por el nuevo escenario.

Casi más llamativo que este dato es para el investigador el de los goles, ya que mientras los equipos forasteros han mantenido la dinámica habitual al haber pasado de 1,03 tantos por partidos a 1,07, destaca el descenso de los logrados por los conjuntos locales, que de marcar 1,50 tantos por encuentro antes del parón, pasaron a tan sólo 1,25, reducción que también considera "sustancial".

Del Olmo opina que el parón supuso romper rutas de trabajo establecidas por el equipo técnico de cada club en función de su plantilla y su calendario.

"Hay entrenadores que dan más importancia a un buen comienzo para luego trabajar un mantenimiento que permita utilizar el rédito inicial como un colchón de seguridad. Para otros, como decía Luis Aragonés, lo fundamental era llegar en las mejores condiciones físicas a la recta final del campeonato, que es cuando se deciden las plazas determinantes", indicó.

Del Olmo añadió que la reanudación de la Liga no llegó tras una pretemporada habitual. "Las fases de preparación empezaron desde la dedicación individual, pasando a grupos de trabajo hasta finalmente poder reunir a toda la plantilla a la vez. Nunca antes se había trabajado así", recordó.

El parón, además, rompió rachas favorables y desfavorables y provocó la recuperación de lesionados, al margen de que hubo algún futbolista que, por motivos contractuales, dejó su club el 30 de junio.

"Jugar a puerta cerrada alteraba uno de los ejes de la competición: el factor campo, aunque al estar todos obligados a ello, el principio de igualdad no se veía alterado sustancialmente. No obstante, hay equipos que mantienen una relación muy estrecha con su público y se transforman anímicamente en casa y otros que saben moverse muy bien cuando el ambiente es adverso. En cualquier caso, el público siempre es un aliciente para los jugadores", explicó del Olmo.

La normativa de los cinco cambios no puede dejarse de lado porque, según el investigador, "altera de manera sustancial el planteamiento de los partidos".

"Con cinco sustituciones, las opciones del entrenador se multiplican, incluyendo la de alinear a un jugador para que rinda exclusivamente durante un tiempo determinado. Ha habido técnicos que han sabido aprovechar muy bien este nuevo recurso", explicó.

"Igualmente se debe tener en cuenta la pausa de hidratación que incide directamente sobre el juego: corta el ritmo del partido, permite al entrenador actualizar sus directrices y recupera parcialmente el estado físico del jugador", agregó el analista, quien comparó estas pausas con los tiempos muertos de otros deportes.

Del Olmo ha estudiado en las últimas campañas el valor del primer gol que se obtiene en cada encuentro y cómo incide sobre el marcador final. En las últimas campañas el conjunto que hace el 1-0 o el 0-1 ha ganado en dos de cada tres ocasiones, mientras que las remontadas nunca suponen más allá del veinte por ciento, aunque casi siempre superan el diez por ciento.

Sin embargo, tras el parón de la competición, en las últimas once jornadas de Liga, el que abrió el marcador ganó hasta en el 75 por ciento de los partidos y sólo hubo un cinco por ciento de remontadas.

Alfonso Gil