Para Platón la
justicia del ser humano radicaba en la
armonÃa de tres aspectos los apetitos, el ánimo y la razón, sostenÃa que la
sociedad debÃa ser dirigida por los filósofos porque estos al tener presente
esa armonÃa no poseerÃan los vicios de la ambición y el abuso del poder. Según
este filósofo si un individuo es imperfecto produce una sociedad imperfecta y
si una sociedad es imperfecta produce seres humanos imperfectos, asà que en una
sociedad imperfecta no puede haber justicia; esta se consigue con la armonÃa de
la razón que busca el conocimiento, la indignación o ánimo que quiere el éxito,
y el apetito que busca las ganancias, la razón es la que domina las otras dos;
porque busca el conocimiento por tanto la moral, que para Platón es buscar el
bienestar, incluso la salud mental. Asà pues con la armonÃa de esos tres aspectos humanos se alcanza la justicia.
Según Platón
todos los seres humanos son distintos, por lo que cada uno cumple una función
en la sociedad, y vivir en sociedad es natural al ser humano. Platón afirmaba
que para que haya una sociedad perfecta debe haber un sistema de educación especÃfico, fue el
primero en afirmar que la educación es la clave para construir una sociedad
sana y equilibrada.
Platón estuvo
muy influenciado por su maestro Sócrates a quien le interesaba establecer cuál
era la forma correcta de vivir, Platón
buscaba el conocimiento de la verdad del universo y la forma de curar las
fallas de la sociedad. Es asà como fundó su primera academia enseñando los
diálogos de su maestro Sócrates y de esta manera estableció la primera
universidad del mundo.
Platón en su
obra la República
plantea una sociedad perfecta con hombres perfectos que son según él los que
pueden tener el poder absoluto, en su caso decÃa que los filósofos eran los mas
aptos porque en su búsqueda de la verdad del universo no abusarÃan del poder y
es excluyente cuando propone que cada grupo de individuos debe cumplir la
función que les corresponde y no otra,.
Sus aportes
tan universales y aplicables a la sociedad de hoy, nos llevan a reflexionar
sobre sus postulados, por ejemplo su definición de las ideas, que no son
destructibles, ni mutables y sobrepasan el espacio y el tiempo, es asà como la
idea de Justicia es una meta por alcanzar con los actos individuales que lleven
a cumplir con esa idea perfecta de ella, asà sea realizada por seres
imperfectos.
Indudablemente
Platón se encuentra influenciado por su maestro. Sócrates iba en contra de
relativizar los conceptos de la ética, daba ejemplos que una persona se retraÃa
de matar o de dañar, era porque tenÃa la idea de lo que es el bien; invitaba a
conocerse a sà mismo, porque al conocer la propia esencia se es mejor, también
invitaba a instruir a los seres humanos porque eso los harÃa mejores. La unión
del conocimiento y la virtud crearÃa el resultado perfecto para tal fin.
Independientemente
de concepciones religiosas, polÃticas o sociales estos planteamientos de
Sócrates y de Platón son aplicables a la sociedad de nuestro tiempo, existe la
misma necesidad de instruir a los humanos para lograr una humanidad más justa,
más buena o por lo menos para aprender a pensarla mejor, y asà buscar lo que
nos conviene a todos en este continuo devenir de la existencia humana, de
guerras, abusos de poderes, injusticias y para no ir tan lejos simplemente para
nuestras propias elecciones y actitudes en el cÃrculo personal y social. Como
bien lo expresaba Platón las ideas perduran en el tiempo y el espacio he aquÃ
que después de tantos siglos de historia aún nos influyen y nos siguen
enseñando las suyas, las de Sócrates y las de tantos pensadores, poetas y seres
humanos que nos han dejado su legado.
¿Para qué
sirve en este tiempo tan convulsionado, de bienes mercantiles de toda Ãndole
donde lo que interesa es la supervivencia del dÃa a dÃa, y el problema central
en el que nos vemos sumergidos todos es en una vida de costo beneficio, con
escaso tiempo para pensar en planteamientos filosóficos complejos acerca de
nuestra existencia humana?.
Precisamente
porque la vida tiene un tiempo limitado, y es una, es la única vez que
tendremos opción de vivirla, de aprenderla, de pensarla, de sentirla, de
proyectarla. Es la única vez en que podremos conocernos a nosotros mismos,
aprender, asimilar, percibir, interpretar y ser piezas claves cada uno en
nuestra individualidad, con las caracterÃsticas particulares, de etnia,
herencia recibida, de aptitudes y actitudes
personales, únicas e intransferibles, impagables, que dejan una idea,
una acción, una realización propia o ajena por el camino de nuestra
civilización humana y suman o restan según sea nuestra proyección.
No se puede
tener miedo al conocimiento, este es inherente al ser humano sin importar su
condición, no es privilegio de nadie, porque entre más se conozca, se aprenda y
se asimile, más libertad para pensar y en consecuencia decidir o actuar
constructivamente para si mismo y para la sociedad. Sócrates el gran filósofo
nos dejó su ejemplo de reconocer lo mucho que ignoraba y que en lo único que
era superior al ser humano irreflexivo era en que él estaba consciente de su
ignorancia. Asà que no podemos temer el ignorar, tampoco el aprender, desde el
ser humano más pequeño en edad, no estructurado, o débil en cualquier sentido
siempre hay algo nuevo de que sorprenderse y conocer.
El dÃa en que
un ser humano deje de preguntarse el por qué de las cosas, dejará de ser eso
humano. Desde esa época en Grecia Sócrates y Platón sentÃan desilusión por los
vicios y la injusticia de sus sociedades, nada distinto a lo que vivimos hoy, y
ellos llegaban a una misma conclusión llamándole con distintos nombres, buscar
la verdad, la justicia o el bien; como hoy tenemos las mismas necesidades que
confluyen en una sola necesidad una ética humana..
Inspirada en el libro Siete teorÃas de la
naturaleza humana de Leslie Stevenson, información corroborada en Internet,
reflexión propia.