Los
investigados insertaban anuncios en distintas webs de prestigio en las
que ofrecÃan en alquiler un supuesto piso en la calle Ayala de la
capital malagueña a un precio muy por debajo del mercado
A
partir de ese momento, las comunicaciones entre ambas partes
–arrendador y arrendatario- se hacÃan a través de WhatsApp y una vez
convenida la paga y señal –cantidad que oscilaba entre los 250 y 700
euros- el arrendador facilitaba al cliente una cuenta en la que debÃa
ingresarla
Finalmente,
cuando el inquilino se presentaba en Málaga para ocupar la vivienda se
daba cuenta de que habÃa sido vÃctima de una estafa
La
red desarticulada –liderada por el principal investigado- estaba
estructurada en dos subgrupos perfectamente organizados y coordinados
entre sÃ, uno asentado en la provincia de Jaén y el otro, en la de
Valencia
La
trama se valÃa de personas reclutadas por la organización que percibÃan
una comisión por figurar como titulares de las cuentas bancarias en las
que se recibÃan las trasferencias