"Toda
mi vida desee ser policía. Mi padre sentía gran respeto por la
policía y nos transmitió también ese sentimiento. Me iba a pasear
con los policías que hacían su ronda y hablaba durante horas con
ellos". Este extracto de una obra de la novelista inglesa Taylor
Caldwell refleja parte de la tarea, del espíritu y de la sensación
que transmiten los policías locales que cada jornada, a cualquier
hora de mañana, tarde o noche, recorren los municipios de l´Horta
Nord para garantizar la tranquilidad y la asistencia a sus
habitantes.
Mantienen
un contacto directo con el ciudadano. Posiblemente se trate del rol
de empleado público más apegado al vecino. Observa, vigila y trata
de solucionar los numerosos problemas o consultas que a diario le
plantean los habitantes de sus respectivos municipios. Haga frío,
llueva o invada las calles una calima, allí están los agentes
locales. Para ejercer bien su labor de atención al ciudadano
necesitan multiplicarse, sobre todo en aquellas poblaciones donde las
plantillas resultan más deficitarias de efectivos.
¿Con
qué situación nos encontramos en l´ Horta Nord? La respuesta la
hallamos en los datos de agentes contratados por cada ayuntamiento.
Por ejemplo, Moncada, que ronda los 23.000 habitantes, dispone de 37
policías locales. Más casos, Puçol, con unos 20.000 vecinos, se
queda en 30 agentes, los mismos que Godella. A partir de ahí, las
cifras se reducen. Massamagrell cuenta con 24 efectivos; La Pobla de
Farnals, con 20, al igual que Meliana (si no incluimos al jefe);
Rafelbunyol y Tavernes Blanques, 17.
Seguimos
descendiendo. Almàssera y Museros coinciden en el número de 13. Y
ya por debajo de la decena podemos enumerar a Foios (9), Massalfassar
(9), Albuixec (7) o Albalat dels Sorells (7). ¿Suficientes? Para la
infinidad de tareas que realizan cada día, lo dudo. De hecho,
algunas de estas poblaciones cuentan con más plazas teóricas en sus
plantillas que todavía no han sido convocadas o están pendientes de
cobertura. Y aparte de para reivindicar más dotación de medios, que
este artículo también sirva para destacar el carácter vocacional
del oficio policial. Recuperando a Caldwell, "para mi padre no
había mejor ocupación que ser el guardián de la paz y de la
seguridad de la ciudad".