'Un sueño hecho realidad', asà es como muchos usuarios de la red social X (antes Twitter) están definiendo a lo largo del dÃa de hoy la magia vivida anoche en los cielos de casi toda España, cuando unas tormentas geomagnéticas severas permitieron ver auroras boreales en latitudes inusualmente bajas.
De hecho, la última vez que se produjo una tormenta geomagnética G5 "extrema", como la experimentada anoche, ocurrió hace más de 20 años, en octubre de 2003.
Según la Organización Meteorológica Mundial, las auroras boreales son fenómenos luminosos que aparecen en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, o cortinas.
A diferencia de los fenómenos meteorológicos habituales, las auroras se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros de la superficie terrestre.
Las auroras se deben a la interacción entre partÃculas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar) con los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera, y se observan principalmente en arcos próximos a los dos polos magnéticos de la Tierra (los óvalos aurorales).
Pero si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando tormentas geomagnética.
Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas, como ocurrió anoche dando lugares a espectaculares imágenes de auroras boreales en toda España, de Cataluña a Canarias, pasando por Extremadura o AndalucÃa que fueron captadas por los objetivos de instituciones cientÃficas y aficionados.
La ciencia española, al estudio de las auroras
El próximo lunes comienza una expedición de cuatro cientÃficos españoles, desde el lago helado de Inari (Finlandia), con el objetivo de grabar auroras boreales desde la atmósfera, a unos 30 kilómetros de altitud y desde un globo, para desentrañar algunas de las incógnitas que todavÃa existen sobre estos fenómenos.
Grabar desde la atmósfera ofrece varias ventajas; la primera que se sitúa por encima de la troposfera, donde se concentran la mayorÃa de las nubes, por lo que se podrÃan obtener imágenes mucho más claras y precisas.
Además, al estar más cerca de la ionosfera (las capas de la atmósfera que están por encima de los 80 km) se podrÃan obtener mediciones más precisas de las partÃculas cargadas y de los campos eléctricos asociados con las auroras.
Este año, el Sol registra un máximo de actividad (en un ciclo que se prolonga durante 11 años) y el mes de mayo, por estar cerca del equinoccio, es el momento en el que debido a la posición del eje de giro del planeta se produce una mayor penetración de viento solar en la magnetosfera terrestre.