Diez años después: 650 bolilleras y un solo espectador
Por una vez, el 27 de marzo el Palau d'esports cambió su aspecto habitual cuando hay un evento: las gradas estaban vacÃas, hasta tal punto que sólo un distraÃdo espectador dibujaba a las asistentes; mientras, abajo, en la pista, 650 bolilleras se exhibÃan, desfilaban, compraban, cambiaban y, ocasionalmente, hacÃan encajes de bolillos.
El Col•lectiu de Dones ha batido todos los records de participación y en el 10º aniversario del Encuentro de Bolilleras de Puçol ha logrado meter 650 personas en la pista central del Palau d'esports. Un número que duplica ampliamente las participantes del pasado año y que confirma el auge de esta modalidad que consideraremos deportiva (por aquello de celebrarse en el pabellón cubierto), aunque al parecer no levanta pasiones entre el público, sólo entre las participantes.
Y es que no debe ser muy divertido sentarse a observar cómo 650 mujeres compran en los tenderetes montados en los alrededores de la pista, intercambian ideas, saludan a viejas amigas y disfrutan de una atractiva exposición.
Y para acompañarlas en su diversión, una amplia representación de la corporación municipal se dio una vuelta por el pabellón a las 11 de la mañana: para darles la bienvenida, desearles una mañana aprovechada al máximo y lamentar que este año, debido a la crisis, se haya suspendido la tradicional paella conjunta a mediodÃa. Estrella Carcasona (concejal de la mujer) y Lola Sánchez (concejal de cultura) encabezaban esta presencia municipal, que contó también con varios concejales del equipo de gobierno y de la oposición. Todos juntos recorrieron el pabellón junto a la coordinadora del encuentro, Amparo Marco, y a la presidenta del Col•lectiu de Dones, Rosa GarcÃa.
Concierto tercera edad
Fue una visita cordial, pero rápida. A las 12 horas habÃa un concierto de la tercera edad en la Casa de Cultura. Y los concejales también tenÃan que acudir. Se acercan elecciones y no hay que descuidar a ningún colectivo.
Lo anecdótico es que entre tant bolillera sólo habÃa una excepción: un individuo tranquilo, relajado, disfrutaba de todas las sillas de la grada del Palau d'esports para él solo. Y también de las 650 bolilleras allá abajo. El anónimo espectador optó por dibujar una a una las caras de las asistentes.