La
comisión ciudadana impulsada por el Ayuntamiento para el seguimiento
de las obras de mejora de la accesibilidad y de parte de las
infraestructuras del eje viario Trafalgar-Villalba de Lugo inició
ayer las sesiones de trabajo, en las que participan también los
técnicos responsables del proyecto y el primer teniente de alcalde y
concejal de Planificación Territorial y Sostenibilidad, Juan Medina.
Durante
la primera sesión, tanto los vecinos y las vecinas como los
propietarios de comercios de la zona, ya que se trata de uno de los
ejes comerciales más relevantes del municipio, trasladaron las
incidencias que han detectado y sus propuestas de mejora para que el
desarrollo de las actuaciones, complejas porque se trata de un
proyecto de remodelación integral de gran repercusión, se realice
minimizando las molestias. Juan Medina se comprometió a asumir en la
medida de lo posible esas aportaciones y anunció que personal
municipal debidamente identificado visitará periódicamente la zona
para facilitar una comunicación fluida y directa con los miembros de
la comisión y la ciudadanía, en general.
La
idea de crear esta comisión fue planteada por la alcaldesa, Carmen
Martínez, en una reunión informativa con los vecinos y las vecinas
previa a las obras. Juan Medina destacó ayer "la gran respuesta
recibida que demuestra el espíritu participativo y colaborativo de
la ciudadanía de Quart de Poblet, tan importantes para consolidarnos
como un referente en Gobierno Abierto".
El
proyecto está cofinanciado al 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo
Regional, mediante el programa operativo FEDER de crecimiento
sostenible (POCS) 2014-2020 para las Estrategias de Desarrollo Urbano
Sostenible Integrado (EDUSI), y en consonancia con el objetivo de
contribuir a la conservación del medio ambiente y el patrimonio
cultural. El inversión total prevista es de 1.450.000 euros.
Las
obras se dividen en tres fases. La primera está en marcha
actualmente y pronto se abordará la segunda. La parte final de los
trabajos se centrará en el nudo que configura la intersección de
ambas calles.
Aproximadamente,
el 45% del coste total se destina a obra hidráulica, es decir, a la
renovación de las redes de agua potable y, sobre todo, a la
instalación de nuevos colectores de saneamiento (incluyendo las
acometidas en ambos casos).
El
resto del presupuesto se destina a la mejora de la urbanización de
las calles, que pasan a tener un sentido único de circulación, lo
que permite crear mayor espacio de aparcamiento (se ganan más de 30
plazas) y de zona peatonal.
En
el proyecto se respeta siempre un mínimo de acera libre de entre
3,60 y 4,60 metros, la calzada tiene 4,20 metros de anchura y el
aparcamiento es mayoritariamente en batería inclinada (espina de
pez). Se han diseñado, asimismo, pasos de peatones más seguros y
accesibles con pavimento especial para facilitar la movilidad de las
personas con deficiencia visual.
A
la renovación del pavimento de aceras y la repavimentación de todas
las calzadas, se une la del mobiliario urbano y señales de tráfico,
así como la plantación de árboles o jardineras allá donde la
profundidad permita lo primero. Se crean, por tanto, nuevas zonas
verdes, un parque infantil con juegos inclusivos entre las calles
Barranquet y Félix Pizcueta, y una zona de juegos biosaludables
frente a la entrada del Centro de Salud.
La
instalación de una nueva iluminación con tecnología led supone una
reducción del coste energético y de emisiones de CO2.
Por último, se
instalarán islas de contenedores soterrados, donde sea posible, y
donde no, puntos limpios.