Rafael Juan, CEO de DulcesolEl crecimiento de este año aún está siendo muy positivo y la perspectiva para 2019 es que sigamos a mejor ritmo que otros paÃses europeos. Las subidas de impuestos no son positivas y no ayudan a la industria, desde luego. HabrÃa que potenciar la inversión tecnológica. Los polÃticos deben proporcionar la estabilidad que precisa la economÃa.
La estabilidad polÃtica es muy importante para la economÃa. La incertidumbre no es buena. El crecimiento económico durante la democracia ha sido un ejemplo para Europa y el entorno polÃtico ha de garantizarla.
No me considero un experto, aunque la CEOE la ha criticado por el posible impacto perjudicial. Para generar empleo se necesitan ayudas a la inversión productiva y también la innovación.
Los tipos impositivos son muy altos en España y merman nuestra capacidad competitiva.
Precisamente desarrollamos un producto que lleva el nombre de la región. Mi madre preparó una receta derivada de las glorias que dio un gran éxito en los 70 y posteriormente pensó en hacerlas alargadas para mojarlas en la leche con más facilidad. Es un producto que lleva 40 años y resiste.
Dulcesol nació en los años 50 cuando mi padre con otros dos panaderos de Villalonga montó una panificadora y en los años 60 empezamos a fabricar productos de pastelerÃa que se conservaban mejor que el pan y nos permitÃan venderlos fuera de la comarca de La Safor. Tuvimos un crecimiento significativo y fuimos abandonando el mercado del pan para centrarnos en la bollerÃa.
No se debe demonizar un alimento en concreto. Trabajamos en diferentes frentes para mejorar nuestros productos. Asà hemos creado un centro de innovación nutricional en el que trabajamos en tres objetivos: investigar productos funcionales como la gama Innova con algas; mejorar la calidad nutricional para reducir el contenido en azúcar o grasas saturadas, y fomentar hábitos de vida saludables. Por ejemplo, este verano hemos hecho un campus en Gandia para 300 niños, no sólo hijos de nuestros empleados sino consumidores de la zona.
SÃ. Desde que empezamos con los pandorinos a finales de los 80, es una de las gamas en las que más hemos crecido. Por eso hace más de 15 años decidimos tener nuestra planta de producción de crema de cacao cada vez con más implantación.
El cambio generacional siempre es un paso importantÃsimo para la continuidad. Nosotros hemos profesionalizado al máximo la gestión y hemos dotado a la empresa con un comité de dirección, un consejo de familia, el consejo de administración… Una organización moderna, ágil y flexible donde se resuelven los conflictos de manera ordenada. Lo que intentamos es que el legado de nuestros padres se traslade a la tercera generación.
Los lÃderes empresariales tenemos que ser capaces de conectar con la gente. Hay que generar empatÃa, escuchar más que de dar órdenes y tener un modelo de organización que genere equipo, proyecto y que cada persona sienta que aporta algo. Eso es lo verdaderamente importante.
