Los colegios electorales se han ido llenando de ciudadanos anónimos a los que la ley les ha obligado madrugar para actuar como presidente, vocal primero y vocal segundo, asà como a los dos suplentes de cada uno. Junto a voluntarios de Protección, PolicÃa Local y Nacional, miles de ciudadanos han madrugado el domingo para cumplir con las obligaciones de unas elecciones generales transcendentales y atÃpicas, en un contexto de turbulencia económica que se desconocÃa hasta la fecha.