Cuando, en
polÃtica, crees haberlo visto todo, siempre hay
algo que te hace volver a pensar que lo peor está aún por
venir. En los últimos
dÃas, estamos asistiendo a un espectáculo lamentable en el
Congreso que, no
contento con estar dilapidando, una por una, todas las medidas
de la pasada
legislatura (esas que nos hicieron frenar la caÃda libre a que
nos sometió ZP
al inicio de la crisis), han decidido también bloquear la
reforma de la estiba
exigida por la Unión Europea.
Desde el momento
en que estoy escribiendo
este artÃculo, hasta que el Periódico esté en sus manos,
España habrá acumulado
270.000 euros de multa, bastante más de lo que costaba su casa
(y la mÃa) en
los mejores años del boom inmobiliario. En cuatro dÃas, la
multa será más alta
que el presupuesto municipal del Ayuntamiento de Benavites
para todo un año
¿Habrá derecho a semejante tropelÃa?
Puedo entender
la postura de los
estibadores, defendiendo sus prebendas que, aunque excesivas,
son suyas. Cualquiera
de nosotros lo harÃamos igual si pretendiesen acabar con los
derechos
adquiridos en nuestros empleos (mucho menores, eso sÃ, en casi
todos los casos).
Lo triste y
absurdo es que haya
partidos polÃticos que utilicen asuntos como este para
recordar al Gobierno su minorÃa
parlamentaria. Es lamentable que un partido con presunto
sentido de Estado,
como el PSOE, se deje llevar por el ansia opositora y vote en
contra del
decreto, a sabiendas de que se trata de una exigencia de la UE
cuya pertenencia,
hay que recordarlo, se negoció y pactó con un gobierno del
propio PSOE. Y de la
postura de Ciudadanos habrÃa también mucho que decir, visto
que intentan mostrarse
como el partido de la sensatez y la cordura, hasta que acaban
con salidas de
pata de banco como esta.
Para hacer
demostraciones de
fuerza, hay que tenerla, pero hay que asegurarse antes de que
los pulsos al
Gobierno no causen un grave perjuicio a todos los españoles.
Ante estos temas, SeñorÃas,
usen, por favor, el sentido de Estado pero, sobre todo,
utilicen el sentido común.